
El Gobierno había levantado una enorme expectativa sobre la Encuesta de Población Activa de este jueves. El propio Luis de Guindos hacía coincidir su comparecencia parlamentaria con la publicación del dato. Existían pistas como los datos del INEM que hacían prever un buen dato, en todo caso la horquilla era muy amplia y pocos, incluso los más positivos, veían muy difícil que la tasa de desempleo cayera por debajo de la barrera sicológica de los seis millones.
Al final el dato ofrece una caída del número de parados en 225.200 personas, descendiendo el número de personas sin trabajo hasta los 5.977.500, un dato a todas luces bueno, no se puede dar otro adjetivo. El adjetivo bueno habría que entenderlo como esperanzador puesto que con una cifra de desempleados cercana a los seis millones, las declaraciones tienen que ser matizadas.
Cierto que el descenso viene condicionada por la caída de la población activa en 76.100 personas, pero incluso con este descenso, el dato ha sido bastante mejor que el esperado, había analistas que lo cifraban en el umbral de los 100.000 individuos. Puede verse aquí un punto para decir que la actual crisis parece tocar definitivamente fondo, ahora bien tocar fondo no que la crisis haya acabado, la crisis no puede haber finalizado si la cifra de paro se sitúa por debajo, pero cerca, de los seis millones. Además nuestra salida de la crisis va a ser lenta, muy lenta.
Críticos con el indicador
Probablemente haya críticos con el indicador. Sabemos que la EPA es una encuesta, como tal tiene sus luces y sus sombras, como por ejemplo el margen de error el cual nunca se nos publica y que por tanto el dato solo nos acerca a la realidad, la propia definición de parado y alguna cuestión más, pero estas cuestiones también estaban presentes cuando en el trimestre anterior la Encuesta dejó un sabor tremendamente amargo y una sensación de impotencia frente a la crisis económica. Sin embargo conviene recordar que los datos de esta estadística está totalmente adaptada a los estándares establecidos por la Organización Internacional del Trabajo, aprobados por la Unión Europea y que además nos sirve para comparar nuestros datos con el de otros países.
Es además donde nos fijamos más fehacientemente cuando hablamos del mercado laboral, pues aquí se determina el número de personas que componen la población activa algo que no nos da el INEM, además se tiene en cuenta todos los parados, tanto los registrados como lo que no están inscritos en las oficinas de empleo, independientemente de la polémica de qué características tiene que reunir una persona para ser considerada como desempleado ya citada anteriormente. Desde 2008, con sus grandezas y miserias, la publicación de estas cifras no nos daba una alegría como la actual, este trimestre el descenso es el mayor observado en este último lustro. Previsiblemente esta alegría se prolongará durante el tercer trimestre de este año dejando la incertidumbre y el punto de atención para el cuarto trimestre de este año.
Hay datos que ensombrecen la caída del desempleo por ejemplo que el mayor aumento es en los contratos temporales y no los indefinidos los cuales incluso caen, este aspecto me sirve para seguir reclamando que es necesario completar la reforma laboral, especialmente disminuyendo el número de contratos y erradicar la segmentación entre indefinidos y temporales mediante un contrato único. El propio descenso de la población activa me lleva a reclamar la necesidad de acometer sin dilación la reforma de las pensiones, el goteo va erosionando la base de los cotizantes, hablamos. También que las tasas de desempleo juvenil y los parados de larga duración, las personas que han perdido su empleo hace más de una año han aumentado en un número más de cuatrocientas mil, deben llevar a estimular medidas efectivas para dar respuesta a estos colectivos lo más rápidamente posible. Asimismo la tendencia al autoempleo continúa manteniéndose por lo que desbloquear los problemas de crédito, acometer una anhelada caída de los impuestos y reforzar y mejorar las medidas destinadas a autónomos y pymes.
Sin complacencia
En definitiva que en estos momentos no vale la complacencia sino que como estamos viendo necesitamos seguir acometiendo reformas, acometer las reformas que nuestra economía demanda no se puede abandonar por tener un buen dato y por supuesto deben seguir tomándose medidas para desbloquear o variar aspectos fundamentales.
El dato llega en un momento especialmente importante y donde comienzan a aparecer rayos de luces. Por una parte el indicador adelantado PMI para la zona euro se estabiliza y aún cuando está en zona neutra como es el nivel 50 quita presión. Ya que hablamos de Europa en el mismo día que aparecía la EPA se publicaba el dato IFO en Alemania, el cual aumentaba por tercer mes consecutivo y ofrecía una visión futura de crecimiento para la economías centroeuropea.
Debemos tener presente la mejora de nuestra balanza comercial la cual podría haber sido mayor si nuestros vecinos europeos, nuestros mayores clientes, tuvieran una situación económica mejor. Este mismo datos en España, especialmente en el sector manufacturero, está ya en el nivel neutro de 50 y es de esperar que el de servicios mejore y permita continuar con esta corriente de mejora de expectativas, expectativas que como sabemos son indicadores adelantados para evaluar la situación económica futura.
Miguel Ángel Bernal Alonso, profesor y coordinador del departamento de Investigación IEB