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La caída de ingresos amenaza las pensiones

En el último Consejo Europeo el Presidente Rajoy ha insistido en su propuesta de dar destino a las subvenciones de Bruselas para el pago de otros tributos, con la finalidad de utilizar los fondos europeos para el pago de las cuotas de la Seguridad Social. Esta propuesta no tiene como finalidad ayudar al empleo, tanto como remediar los galopantes desequilibrios de nuestro sistema de pensiones que han comenzado desde enero de 2012. Porque, en realidad, tanto en las épocas de gran creación de empleo como en las épocas de mayor destrucción de la ocupación, el porcentaje de lo que suponen las cotizaciones sociales sobre la riqueza nacional ha permanecido muy estable, del 9,6 al 9,7%. Eso ha sucedido hasta ahora.

La Seguridad Social acaba de hacer público en la última semana de junio los datos de ejecución presupuestaria de mayo, aunque con algunos errores en la presentación. En todo caso, contar con las cifras de los cinco primeros meses del año ya permite hacer una extrapolación bastante fiable de las magnitudes en las que va a moverse la ejecución presupuestaria de 2013. Si recuerdan los lectores, el año pasado ofrecimos en mayo en elEconomista unas previsiones que clavaron con enorme precisión la ejecución con la que se terminó el ejercicio, frente a unas cifras muy alejadas de la realidad reiteradas machaconamente por todos los portavoces oficiales, la documentación anexa a los Presupuestos Generales del Estado para 2013 y otras fuentes, que dieron por buenas muchos analistas. En el cuadro anexo se contienen las principales partidas de evolución variable.

Carece de sentido incluir en la proyección los datos de prestaciones no contributivas, que por definición deben equilibrarse en ingresos y gastos, o aquellos otros sometidos a decisiones normativas que los afectan. Por ejemplo, los datos de personal bajan un 5,72%, pero recuperarán un 4% si se paga la extra de Navidad que el año pasado no se abonó a los empleados públicos. Las desviaciones correspondientes a mayores ingresos o menores gastos están marcadas en positivo, y los menores ingresos o mayores gastos en negativo. Las cifras son estimación propia, a partir de los datos facilitados por la Intervención General de la Seguridad Social.

Los datos del cuadro no reflejan los ahorros menores, que van a producirse en inversiones, gastos corrientes y otras partidas, y como toda proyección excluyen un cambio de tendencia. Aunque probablemente los acontecimientos de signo positivo se vean contrarrestados por otros inversos y viceversa. Así, los propósitos del Gobierno sobre la reducción y no revalorización de las pensiones acabarán generando un incremento en las altas de jubilación, y quedan por aflorar miles de pensiones en espera por la última sentencia sobre el cómputo del trabajo a tiempo parcial. En todo caso, están serían las conclusiones del autor:

- El año se cerrará con un déficit del 0,8/0,9% para el sistema de Seguridad Social.

- La causa principal de este déficit no es tanto la disminución del empleo como la reducción de las bases de cotización de los trabajadores ocupados.

- Entre 2008 y 2011 la disminución de empleo mantuvo la ratio cuotas/PIB, pero la reforma laboral y otras decisiones de política económica han tenido como consecuencia principal la devaluación competitiva, esto es, la reducción de los salarios.

- Los menores costes de la maternidad (menos nacimientos, a cargo de menos trabajadores en activo y menor uso de las prestaciones) o de las bajas, pueden equilibrar en parte los desequilibrios en pensiones.

- La disminución de bonificaciones y el mantenimiento de un importante stock de parados cuyas cotizaciones realiza el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) son sin embargo insuficientes para compensar la disminución de los ingresos. Ni la supresión de las mutualidades de empleados públicos, ni la elevación de la base máxima de cotización han producido hasta ahora efectos relevantes.

- De cada 10 euros de déficit, 9 son consecuencia de la disminución del número de los ocupados, pero éstos también descendieron desde 2008 a 2011. Son las bases más exiguas las que ahora crean problemas.

- Si para cerrar los déficit del sistema de protección debemos incrementar las aportaciones del Estado, liquidar el Fondo de Reserva, utilizar subvenciones comunitarias, disminuir las nuevas pensiones y no revalorizar las actuales, y en el futuro emitir títulos de deuda con los ingresos previsibles, cabría preguntarse si no habría que convocar una nueva Comisión de Expertos que conociera desde dentro las cuentas de la Seguridad Social, a fin de analizar otras medidas.

Octavio Granado, Secretario de Estado de la Seguridad Social (2004-2011).

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