
El presidente Sarkozy ha dicho que España ya no está en primera línea. Se refería al ataque de los mercados a las deudas soberanas europeas. Según el galo, nos hemos salvado por los pelos... gracias a las reformas de Zapatero y la moderación de Rajoy. Por eso la UE no pidió a los bancos que devalúen nuestra deuda soberana en sus balances. Podemos decir que no ha sido una mala semana para nuestra política europea.
Sin embargo, el problema continúa. El déficit público debía estar en el 6% al final de 2011. Pero los expertos calculan que será, como mínimo, del 8%. ¿Cómo reducirlo para 2012? Será el desafío del Gobierno que salga de las urnas el 20-N. Para ello será necesario ajustar tanto los gastos como los ingresos públicos. Ante ese apretón del cinturón, se espera una ola de contestación en la calle. Todo el mundo lo dice.
Votos mejor que manifestantes
No obstante, también es verdad que en una democracia madura la contestación callejera no sustituye a las urnas. Los líderes de las manifestaciones deben ser conscientes de ello. La representación no se puede medir en metros cúbicos de manifestantes, ni en metros cuadrados de sentadas, sólo en votos. Aun así, al vencedor de las elecciones le espera una dura tarea, porque los resultados tardarán en verse y la calle será impaciente.
Será un ejercicio de fe y aguante. No sólo del Gobierno, también de la oposición. Su líder tendrá que resistir la tentación de echarse al monte. Desde sus filas se le pedirá guerra, coreada por los aledaños mediáticos, parapartidarios, asociacionismo y agentes sociales próximos. El temple de su liderazgo será aguantar la presión, por el bien del país.
Europa ha definido como hábil el juego de Gobierno y oposición española en economía; esperemos que también lo vean así tras las elecciones. Tal como vienen las cosas, el Ejecutivo tendrá que contar con todos y la oposición arrimar el hombro. Rajoy y Rubalcaba, Rubalcaba y Rajoy, saben que su verdadero desafío vendrá después del 20-N. La campaña electoral son juegos florales comparada con lo que les espera a los dos después de los comicios.
J.R. Pin Arboledas es profesor del IESE, Titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo en la Administración Pública.