
El Gobierno siempre insiste en que los datos de ejecución de las Administraciones relativos a los primeros meses del año no deben ser concluyentes para nada. Sin embargo, en el presente ejercicio, ha bastado un trimestre de ejecución de las comunidades autónomas para que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, diera ayer por hecho que "se ha producido un gran avance" en lo que respecta a la austeridad de las regiones.
Hasta el punto de que ya hay motivos para "proponer en el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera nuevos déficit", en alusión a la que es su iniciativa más polémica para este año: los topes a la carta para los agujeros de las cuentas autonómicas.
Hacienda esperaba sacar mucho rendimiento de las cifras que ayer se conocieron y la prueba de ello se halla en el hecho de que, horas antes de que se publicaran, la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, no se resistió a darlos a conocer y valorarlos durante una entrevista periodística.
Fernández puso de manifiesto que resultaba "realmente satisfactorio" que, entre enero y marzo, el conjunto de las regiones hubiera arrojado un desequilibrio negativo equivalente al 0,12% del PIB, o lo que es lo mismo, 1.235 millones de euros. La secretaria de Estado subrayó que ese registro era un 0,11% inferior al acumulado en idéntico periodo del año pasado.
Más tarde, se conoció que los datos desglosados presentaban todavía buenas noticias en mayor medida, dado que hay ocho comunidades que incluso llegan a mostrar superávit en sus cuentas. Y entre ellas, se encuentran algunas como la valenciana, las cuales destacaron en 2012 por superar con generosidad el tope establecido en el 1,5% del PIB, de modo que actualmente están muy necesitadas de que el Ejecutivo muestre con ellas manga ancha.
'Números negros' valencianos
Así, la autonomía que ahora gobierna Alberto Fabra puede presumir de un desvío positivo de 334 millones de euros, equivalente al 0,33% de su PIB, en el primer trimestre de este año. De hecho el superávit valenciano es el mayor de todos los registrados por Hacienda, seguido de los 92 millones del País Vasco, los 49 de Asturias o los 48 de La Rioja.
Lo poco de ejercicio que llevamos recorrido permite de igual manera que los déficit que, de momento, han aflorado, estén todavía muy contenidos, ya que todavía es imposible cuantificar el impacto que tendrán medidas como el segundo plan de pago a proveedores, el cual puede hacer que lleguen a la superficie muchas facturas aún escondidas en los cajones de la Administración regional.
Es el caso propio de Cataluña, la autonomía que precisamente desempeña el rol más destacado en la lucha por que se reblandezca la austeridad, al calor de la mayor tolerancia que la Comisión Europea muestra con respecto a las cuentas españolas.
De momento, el president Artur Mas puede justificar que está cumpliendo sus deberes escudándose en que el agujero de sus cuentas no pasa del 0,21% (411 millones de euros en términos absolutos) un guarismo que se encuentra a una gran distancia del 2,1% con el que el conseller de Economía quiere terminar el año 2013. No en vano Andreu Mas-Colell es perfectamente consciente de que el deterioro de las cuentas catalanas en los próximos meses puede ser muy agudo.
La prueba de ello se encuentra en que, hasta marzo, la autonomía que mayor déficit presenta es Navarra, con un 1,06% del PIB (193 millones en dinero contante y sonante), cuando la región aforada estuvo entre las que que el año pasado se las arreglaron para presentar sus deberes hechos, ya que su déficit final se situó tres décimas por debajo del tope que exigían tanto el Ministerio de Hacienda como Bruselas para el conjunto de los Gobiernos autonómicos.
Atentos a Cospedal y Monago
En el ejercicio pasado, todavía lo hicieron mejor tanto Castilla-LaMancha como Extremadura, dos de las regiones más incumplidoras en 2011, que sin embargo, recortaron con decisión sus respectivos desequilibrios, hasta situarlos el año pasado en el 1,53% y en el 0,69%respectivamente. Está por ver que puedan mostrarse como alumnos tan aplicados en los próximos meses. De momento, los guarismos de Hacienda les atribuyen un modesto superávit a ambas regiones: de un 0,09% en el caso del territorio que gobierna María Dolores de Cospedal, y del 0,03% para el Ejecutivo encabezado por José Antonio Monago.
En el caso de Madrid, una de las grandes críticas con los déficit a la carta, de momento, su balance muestra un superávit de 469 millones.