
La madrileña población de Alcalá de Henares contará con la mayor red de distribución de calor para calefacción y agua caliente de España, que además será la primera de Europa en aprovechar energía renovable producida con una instalación híbrida, de solar térmica de alta temperatura y biomasa. Con una inversión total estimada en unos 40 millones de euros, la red aspira a prestar servicio a edificios con más de 9.000 viviendas y otros usos, desde comerciales a educativos o institucionales.
La empresa promotora del proyecto, Alcalá District Heating, lleva dos años promocionándolo en la ciudad y tiene previsto arrancar las obras el año que viene. Su primera fase, de tres años de duración, exige una inversión de 24 millones.
Teo López, consejero delegado de la compañía, comenta que aporta un 25% de recursos propios y que para captar el resto del capital está negociando con varios fondos de inversión especializados en estos proyectos -tiene experiencia, puesto que ya desarrolló la red de calor de Móstoles, actualmente la mayor del país, en la que participan Suma Capital y Veolia- y confía en conseguir ayudas europeas.
De momento, el proyecto ha sido seleccionado por el Ministerio de Agricultura dentro de los Proyectos Clima: le comprará las reducciones verificadas de CO2 a 9,7 euros por tonelada, al sustituir la energía producida con combustibles fósiles; se estiman unas 84.057 toneladas hasta 2022, lo que arroja un máximo de 815.00 euros.
El área de implantación de la red tiene un potencial de 12.000 viviendas, a las que hay que sumar la Universidad y otros centros educativos, residencias de ancianos, el Obispado... "hay unas 450 cuartos de calderas de gas, gasóleo y carbón en las calefacciones centralizadas de viviendas y otros edificios con los que competimos", comenta López.
Para sustituir esas instalaciones, contará con una planta híbrida de biomasa forestal de 20 MW y solar térmica de alta temperatura de 5 MW, situada a tres kilómetros de la urbe para evitar su impacto. López destaca la novedosa aplicación solar, única en Europa, que "puede dar agua caliente a media Alcalá".
La vida útil de las instalaciones supera los 25 años y se amortizarán en menos de una década. A los usuarios, además del ahorro de emisiones de efecto invernadero y otros gases contaminantes -unas 32.000 toneladas anuales-, la red les proporcionará un ahorro económico mínimo sobre su situación actual del 15%, que puede llegar hasta el 30%.
Las autoridades municipales alcalaínas conocen el proyecto y lo apoyan. López se lo agradece especialmente al Alcalde, Javier Rodríguez, y a la primera teniente de Alcalde, Olga García.