Energía

Los socios de Repsol plantean que Lukoil sólo compre el 20% del capital

Sólo había que buscar la fórmula correcta para que todas las piezas encajases en el accionariado de Repsol. La clave estaba en que se mantuviera una mayoría con capital español, pero eso sí, siempre con la consigna de salvar a Sacyr y evitar un concurso de acreedores. Partiendo de esta base, los socios de Repsol quieren que Lukoil sólo se haga con un 20% del capital y no con el 29,9% que preveía inicialmente.

Fuentes conocedoras de la operación explicaron a elEconomista que para la consecución del primer punto, también se ha planteado que Sacyr (SYV.MC)sólo se deshaga de un 10% y mantenga el otro 10% restante en su poder. Al mismo tiempo, La Caixa también tendría que aportar su granito de arena, de forma que las negociaciones pasan porque venda poco más de un 6%, en lugar de un 9,9% que se había comentado en un primer momento.

La entidad catalana pondría así a Lukoil en bandeja el paquete que mantiene en la petrolera a través de la sociedad Repinves, donde participa junto con Caixa Cataluña. Ambas cajas se desharán de esta parte del pastel, que en total suma un 6,1%, al que se sumaría otro paquete de alrededor de un 2% adicional que La Caixa tiene en Repsol a través de Criteria <:CRI.MC:>, su holding de participaciones industriales. El resto lo pondría Mutua Madrileña, que venderá su participación del 2%. En total, estas tres entidades sumarán el otro 10% que adquirirá Lukoil que, gracias al paquete de Sacyr, conseguirá finalmente un 20% de la petrolera.

De esta manera, La Caixa se quedaría con un 7,7%, Sacyr con un 10% y el grupo mexicano Pemex, que siempre ha dado su apoyo incondicional a la gestión de Repsol (REP.MC), con un 4,9%. En conjunto, superarían el bloque de Lukoil y configuraría una posición de bloqueo del 22,6% frente al grupo que preside Vagit Alekperov, siempre para defender la españolidad de la compañía y para garantizar el suministro energético. Con esta nueva situación, los protagonistas de la operación esperan lavar la mala imagen pública creada por el temor a los rusos.

Premisa: salvar a Sacyr

¿Pero por qué esta solución y no otra? Tras el rechazo unánime que ha recibido la entrada de Lukoil en Repsol, La Caixa se decantó por ser prudente y esperar a que se encontrarse una alternativa. Sin embargo, ni los protagonistas de la operación ni el propio Gobierno encontraron solución alguna y lo único que tenían presente era la tensa situación que vivía Sacyr, ávido por vender algunos de sus activos para aliviar su abultada deuda de 18.500 millones.

Tanto los bancos como el propio Ejecutivo son conscientes de la complicada situación que desembocaría la quiebra de Sacyr. Se trata de una constructora que tiene un crédito de 5.100 millones liderado por el Santander, junto a más de una veintena cajas y bancos. En caso de que la constructora que preside Luis del Rivero llegara a una situación crítica, salpicaría a un gran conjunto de acreedores, entre los que abundan las pequeñas y medianas cajas. ¿El resultado? se magnificaría el ambiente de crisis y los ahorradores empezarían a dudar de la viabilidad de estas entidades.

Si embargo, si finalmente fructifican las negociaciones antes mencionadas, se desbloquearía también la venta de su filial Itínere a Citi, puesto que quienes mueven los hilos de ambas operaciones tienen intereses cruzados. En caso de que la constructora consiga colocar su filial, ingresaría 2.500 millones y se quitaría otros 5.000 millones de su deuda. Además, el 10% de Repsol vale en bolsa 1.855 millones, pero los precios que podría ofrecer Lukoil van desde los 22 a los 27 euros por acción. De esta manera, Sacyr se embolsaría entre 2.685 millones y 3.296,1 millones y también seguiría recibiendo del dividendo de la petrolera que va directo a su beneficio.

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