
AlgaEnery se dispara de la mano de la UE, que financia el 70% de su Plan de Negocio con 1,7 millones de euros a fondo perdido. La empresa, después de una década invirtiendo en cultivar microalgas a escala industrial y dotarlas de salida comercial -ha participado en una decena de proyectos de I+D-, prevé septuplicar su facturación este año, desde los 140.000 euros hasta el entorno del millón, y seguir creciendo hasta los 45 millones en 2022.
Augusto Rodríguez-Villa, presidente, consejero delegado y accionista mayoritario de AlgaEnergy, comenta que ha venido enfocando sus esfuerzos en que la compañía no pierda más de 1,5 millones anuales, pero que en 2018 confía en alcanzar el equilibrio y en cosechar los primeros beneficios en 2019. La plantilla se ha triplicado en un año y ahora la integran 35 personas.
Rodríguez-Villa, veterano empresario en campos como la seguridad o la automoción -ha generado más de 3.500 empleos-, confiesa que la firma es heredera de las cuatro décadas de investigaciones de Miguel García Guerrero, su líder científico, ex vicepresidente del CSIC.
Gracias a ese trabajo de I+D, AlgaEnergy ha podido crear el mayor fotorreactor del mundo, situado en Cádiz, con una capacidad de producción de un millón de litros de microalgas al año. Alimentado con dióxido de carbono procedente de la combustión de gas natural de un ciclo combinado aledaño -cada kilo de microalgas precisa dos kilos de CO2-, genera la materia prima con la que desarrollar productos destinados a la alimentación humana y animal, la cosmética y, sobre todo, los fertilizantes agrícolas, campo en el que ha entrado en fase comercial, tanto en España como en el extranjero.
En el salto al exterior -Italia, Grecia, Rusia, China, México, Suráfrica...- es clave el apoyo de la Comisión Europea, que hace un año la seleccionó como una de las pymes con mayor potencial de crecimiento, le otorgó fondos y le promociona en la actualidad.
Ayuda de la Comisión Europea
La Comisión viene apoyando a AlgaEnergy desde finales de 2014 por medio del Programa denominado Horizonte 2020. Entonces la seleccionó -entre 3.000 organizaciones competidoras- para otorgarle 50.000 euros de subvención a fondo perdido con los que desarrollar un Plan de Negocio. La firma contrató a Deloitte a tal efecto y el año pasado superó una segunda criba, obteniendo otra subvención a fondo perdido, esta vez superior a los 1,7 millones, para financiar el 70% del Plan de Negocio durante dos años, algo que sólo han conseguido seis empresas de su categoría, la de Nuevas materias primas.
Gracias a ello, AlgaEnergy está participando en numerosas ferias y encuentros del sector de los bioestimulantes, que hoy mueve un mercado global de 2.000 millones anuales, crece a ritmos de doble dígito y se duplicará en apenas cinco años.
Primer producto: fertilizantes
La empresa ha participado en proyectos de I+D de varios campos que han requerido la inversión de unos 60 millones entre fondos propios, estatales y europeos: desde la ingeniería genética a la alimentación, pasando por los biocarburantes -poco rentables con el crudo a unos 50 dólares por barril- o los envases. Sigue investigando intensamente -eso no lo cubre la ayuda de la Comisión- en áreas como la cosmética, donde espera llegar pronto al plano comercial, pero de momento ese paso sólo lo ha dado en los fertilizantes: sus abonos, entre varias virtudes, suben el rendimiento de las cosechas un 23% en relación a otros fertilizantes.
Las eléctricas se interesan por el negocio
AlgaEnergy prevé multiplicar por cuatro la capacidad de su fotorreactor, que se nutre del CO2 emitido por la central de gas de Iberdrola en Arcos de la Frontera. La eléctrica, que tiene un 20% del capital de la sociedad, apoya la ampliación. Endesa también se interesa por las microalgas y colidera un proyecto en su central de Carboneras con la Universidad de Cádiz para estudiar sus aplicaciones alimenticias.