
La fecha límite para que los autoconsumidores inscribiesen sus instalaciones en el nuevo Registro de Autoconsumo (REA) venció el pasado domingo, 10 de abril, y en los últimos días se ha producido una auténtica avalancha de peticiones de inscripción, hasta sumar muchísimo más de lo esperado: 599 MW de potencia ayer por la noche.
La normativa, el Real Decreto 900/2015, estableció un plazo de seis meses desde su publicación para que los autoconsumidores inscribiesen sus sistemas en el REA, momento a partir del cual hay que abonar los peajes vinculados a la actividad, en particular el llamado impuesto al sol, que se carga sobre la energía autoproducida.
Si una inspección revela que una instalación no está registrada, su propietario afronta una sanción -tildada por muchos de desproporcionada- que llega a los 60 millones de euros. Ahora bien, no está completamente desarrollado el procedimiento sancionador.
Como era previsible, la mayoría de los autoconsumidores ha esperado a los últimos días para inscribirse, y el resultado ha superado con creces cualquier previsión.
Ahora bien, la avalancha no ha procedido de la tecnología fotovoltaica -comúnmente asociada al autoconsumo- sino de las cogeneraciones, instalaciones industriales de producción de calor útil y electricidad, que han sumado 339,5 MW, y de los biolíquidos y el biogás, propios de la agricultura y la ganadería y del tratamiento de aguas residuales, con 110,1 MW, algo que ha sido toda una sorpresa.
Acogen, patronal de la cogeneración, estima que de un 12 a un 15% de los 7.000 MW conectados de este tipo de plantas operan en régimen de autoconsumo, por lo que la potencia inscrita en el REA aún crecerá sustancialmente.
La razón de que no lo haya hecho ya es que hay muchos problemas con las configuraciones eléctricas: las fábricas -sobre todo las viejas- no se ajustan a la normativa, por lo que están en trámites para conseguir que Industria les reconozca la singularidad. No hay plazos para saber cuándo obtendrán la calificación de singular.
Las plantas de cogeneración están eximidas del impuesto al sol hasta 2020, pero no así de inscribirse en el registro en la fecha convenida.
En el REA también aparecen seis parques eólicos, dos en Navarra y cuatro en Las Palmas. Éstos están asociados a la desalinización de agua para la agricultura y, según ha anunciado el Gobierno canario, el Gobierno ha accedido a revisar su actual situación, porque tampoco pueden ajustarse a lo establecido en la normativa.
La fotovoltaica doméstica, protagonista de la polémica, ha crecido un 45% desde el viernes, hasta llegar a las 29 instalaciones y 135 kW. Si ya nos adentramos en potencias mayores a 10 kW, la suma total inscrita es de 8,8 MW. La Unión Española Fotovoltaica (UNEF), una de las patronales de la energía solar, estima que sólo se han inscrito un 15 por ciento de las instalaciones domésticas existentes.
En el caso de la fotovoltaica también hay muchas quejas sobre las configuraciones eléctricas, que no están nada claras, y patronales, asociaciones y comunidades autónomas habían pedido una prórroga de seis meses para la inscripción en el registro por los retrasos que están provocando las dudas.
No es la primera vez que la falta de normativa de conexión afecta a las instalaciones de autoconsumo: los paneles fotovoltaicos son obligatorios, según el Código Técnico de la Edificación (CTE), en grandes edificios, como los hipermercados, grandes naves industriales u hoteles a partir de 100 camas. Cuando se aprobó el CTE se dio la circunstancia de que las instalaciones montadas bajo su mandato no podían conectarse a la red por falta de reglamentación.