
"Antes de recibir un micropréstamo de cien dólares para ampliar su negocio de tortillas, Ana Ruiz, de Nicaragua, vivía en una choza hecha de trozos de madera con sus ocho hijos. No tenía ningún mueble excepto su mesa de trabajo, y sus hijos nunca tuvieron ni zapatos ni la oportunidad de asistir a la escuela".
"Después de su segundo préstamo, Ana logró enviar a los cuatro mayores a la escuela y compró ocho sillas de plástico para que sus hijos no tuvieran que sentarse en el suelo".
Muhammad Yunus, galardonado hoy con el Premio Nobel de la Paz, cuenta esta historia en el prólogo del libro 'Algo más que historias. Inmigración y microcrédito', recientemente publicado por Pilar García del Pozo y editado por Tabla Rasa, en el que la autora trata sobre el microcrédito y la mujer inmigrante.
Préstamos para favorecer el desarrollo
"Conocemos miles de historias como ésta en Bangladesh y alrededor del mundo. Nuestra experiencia se compone de casi tres décadas de innovaciones en el microcrédito, el proceso de conceder pequeños préstamos a gente pobre, para que puedan comenzar o ampliar sus pequeños negocios".
Muhammad Yunus, fundador y director gerente del Banco Grameen, explica: "¿El microcrédito funciona para todos? No. ¿Es una panacea? No. ¿Es el instrumento más poderoso que hemos desarrollado hasta la fecha para ayudar a multitud de personas entre los muy pobres -los que viven con menos de un dólar por día- a salir de la pobreza con dignidad?. ¡Absolutamente!"
Recuerda el Nobel: "pusimos en marcha los microcréditos para llenar un vacío en el ámbito de acción de los bancos. Los pobres no podían tener acceso al capital por medio de los bancos tradicionales. Así que, cuando los bancos prestaban a los ricos, nosotros prestábamos a los pobres. Cuando los bancos prestaban a los hombres, nosotros prestábamos a las mujeres. Cuando los bancos daban préstamos grandes, nosotros otorgábamos préstamos pequeños. Cuando los bancos requerían garantías subsidiarias, nuestros préstamos eran concedidos sin aval. Todo esto lo logramos con éxito, pero los banqueros aún se muestran escépticos".
Grandes diferecias sociales
Para él, hay un fracaso en el modelo de desarrollo, cuando éste no alcanza a los muy pobres. No se puede decir que el desarrollo es un éxito cuando más de 29.000 niños mueren cada día de malnutrición y de enfermedades que en gran medida pudieran ser prevenidas, y cuando más de 120 millones de niños en edad escolar no asisten a la escuela.
Señala Yunus que investigadores de primera fila mundial han estudiado el impacto de los micropréstamos para los muy pobres. Además del progreso político y social de las mujeres, los estudios demuestran un efecto positivo en la salud, la sanidad, la planificación familiar, la mortalidad infantil, la calidad del agua potable, el estado de la educación de los niños y la calidad de las viviendas.
"El estudio más detallado que se ha realizado en el área de las microfinanzas, desarrollado durante trece años, desde 1990 hasta 2003, fue hecho por Shahidur Khandker, del Banco Mundial. Khandker estudió el BRAC, el Banco Grameen y el RD-12, tres instituciones microfinancieras en Bangladesh. Khandker encontró que:
1.- Al menos el cinco por ciento de las familias que participan y suscriben préstamos de un programa de microcrédito logran sacar a sus familias de la pobreza cada año.
2.- La microfinanciación logra mucho mejores resultados en el alivio de la pobreza entre los que se encuentran en la pobreza extrema que entre los moderadamente pobres.
3.- El impacto de las microfinanzas en el bienestar es positivo para todas las familias, incluso las que no participan, pues los programas de microcréditos tienen efectos secundarios que conducen a un fortalecimiento de la economía local y un mejoramiento en la vida general del pueblo".
"Constantemente -escribe- estamos buscando maneras de llegar a clientes más y más pobres. Recientemente, el BRAC puso en marcha un nuevo programa para los extremadamente pobres, en el cual comenzamos con transferencias de recursos (dando vacas y cabras). Después de dieciocho meses, diez mil clientes han logrado incorporarse a programas de microcréditos. Este año el Banco Grameen comenzó un programa que da préstamos a mendigos. Ya hay más de nueve mil beneficiarios en este programa, en el que el importe medio del préstamo es de diez dólares".
"Si los expertos de Nueva York y Washington vivieran en Bangladesh, quizás ellos también se darían cuenta de lo que es posible y necesario en las vidas de los muy pobres".