
Los industriales españoles están hartos de pagar más por el gas que consumen que en el resto de la UE porque Francia no quiere construir un gasoducto que una el Sur del país con Centroeuropa.
Juan Vila, presidente de GasIndustrial, reclamó esta mañana que España "pierda la paciencia con Francia" en relación a la construcción del gasoducto MidCat -ahora denominado Step- "o nunca ese tubo se pondrá en marcha".Lo hizo delante del secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, quien minutos antes, durante el discurso de clausura de la Asamblea de la Asociación, había calificado de "prioritaria" la construcción de la infraestructura, bloqueada desde hace años por las autoridades galas.
De hecho, España ha hecho piña con Portugal para presionar en la UE y conseguir que se desbloquee la infraestructura; incluso han condicionado la construcción de la tercera interconexión entre ambos países a que esté MidCat operativo.
Antonio Llardén, presidente de Enagás hizo referencia al gasoducto durante su intervención en el acto, indicando que el tramo de interconexión del gasoducto tiene un coste de unos 400 millones de euros, de los que 150 millones le corresponden a España. La Comisión que prevé tenerlo terminado antes de 2020, le ha otorgado una subvención, que reparte en 1,5 millones a Enagás y 4,1 millones a TIGF, encargado de las obras en el lado francés.
Cuando esté terminado, el Step permitirá duplicar la capacidad de interconexión de España, desde los 7,2 bcm al año de la actualidad hasta los 14,3 bcm. El país consumió el año pasado 32,7 bcm.
De 2.000 a 3.000 millones
Ahora bien, para que el nuevo tubo permita conectar la Península Ibérica con el suministro de gas del norte de Europa (Noruega y Rusia, básicamente), es necesario otro tubo que llegue hasta el norte de Francia cuyo coste no está nada claro; oscilará entre los 2.000 ó los 3.000 millones "según lo pague Francia o la UE", en palabras irónicas de un relevante asistente al acto.
Francia no quiere construir el gasoducto porque no lo necesita y porque incrementaría la competitividad de la industria española: al tener más opciones de aprovisionamiento de gas se reduciría el diferencial de precios del hidrocarburo con el resto de la UE, que supera el 10%. Por eso las autoridades galas, cada cierto tiempo, encargan informes que retrasan la decisión de construirlo; el último, encargado por la Comisión Reguladora de la Energía, debería estar terminado este año.
Vila, durante su intervención ante sus socios, recordó una anécdota al respecto: "Me decía el autor de uno de tantos estudios sobre esta conexión, que había pensado en recomendar un tubo desde Holanda hasta Bilbao, pasando por el mar... era obviamente absurdo pero con el tiempo, cada vez lo es menos. Desde luego, el gas nunca pasa por el tubo que no existe".
En palabras de Vila, la industria consumidora de gas española "sólo pide tener un gas tan competitivo como el nuestros vecinos".