
Junts pel Sí y la CUP mantienen su hoja de ruta para llevar a Cataluña hacia la independencia mediante un referéndum unilateral en septiembre. Estos planes persisten, a pesar de que el Tribunal Constitucional anuló la resolución que habilitaba la consulta, e incluso notificó a los miembros del Govern. Pero todos los planes de JxSí pivotan sobre una gran estructura de Estado: la Agencia Tributaria Catalana.
Un órgano salpicado por las declaraciones del exjuez Santi Vidal sobre la elaboración de bases fiscales ilegales. Quien pilota esta agencia es Lluís Salvadó, secretario de Hacienda y mano derecha de Oriol Junqueras, que engrasa la máquina para recaudar todas las tasas. Lea la entrevista completa en la Revista elEconomista Catalunya de forma gratuita.
¿Tendrán la Hacienda lista para el plazo que se impusieron?
Es un calendario muy ajustado, pero lo estamos cumpliendo. El 1 de septiembre la Hacienda podrá recaudar todas las tasas cedidas.
¿Cuál será el coste de la nueva Hacienda? Unos informes previos la cifraban en 750 millones de euros
Hasta septiembre, estamos agotando el recorrido autonómico. Después se producirá un referéndum y a posteriori una negociación entre dos Estados que acabará con una serie de transferencias de recursos humanos, datos e información.
¿Cree que se abrirá una negociación tras el referéndum?
No tiene ningún sentido que no haya una negociación justo después.
Hasta ahora no la ha habido...
Hasta ahora no ha habido referéndum. Cataluña conseguirá la legitimidad para dar el paso definitivo a través de un referéndum. En toda la historia, los Estados no negocian hasta que no hay un hecho que lo legitima, y cuando le ha pasado a España, siempre ha buscado soluciones. Será entonces cuando habrá un proceso de diálogo entre las dos partes, depende de todos preservar el frágil equilibrio de la coyuntura económica ante los mercados. Estamos en el mismo barco.
En los días previos al 27-S también especulaban y hacían cábalas con posibles negociaciones, y tampoco llegaron...
Insistiremos en el diálogo y el pacto; si no se produce, los catalanes no nos resignamos a una situación tan injusta. Si el Estado no se sienta antes, se sentará después.
Pero, puede suceder que solo vaya a votar la gente del 'sí', como el 9-N. El Gobierno húngaro también hizo una consulta que quedó en nada a ojos de Europa, entre otros motivos, por la participación...
Los referéndums deben cumplir los estándares homologables por los tratados internacionales. No me corresponde a mí decir cuáles serán.
¿El desarrollo de la Hacienda siempre sería post referéndum?
Tiene que ser post referéndum, y entonces, las condiciones se irán concretando. Pero, por ahora, no estamos preparando funciones que no son competencia nuestra, aunque estamos creando una herramienta que servirá si es necesario.
Una vez planteó que si el 'Parlament' decide que la agencia catalana recaude todas las tasas, con o sin acuerdo, lo haría. ¿Lo mantiene?
Sí, el Ejecutivo siempre está sometido a lo que aprueba el Parlament.
Sería un choque de trenes absoluto, incluso con dos Haciendas...
Nuestra obligación es que no haya choque. Pero estamos preparados para cualquier escenario, incluido el de la doble legalidad. Nos dedicaremos a que esto no suceda, ya que el desequilibrio económico incrementa los costes de financiación. A Cataluña le afecta; pero al Estado mucho más. En todo caso, el Parlament actuará con sentido común.
¿Cómo hará que paguen a su Hacienda? ¿Habrá deslocalizaciones?
Las empresas estarán donde haya mercado. Las compañías, cuando llegue el momento, cumplirán el marco legal que estará vigente, y será parte de la normalidad.
¿Aumentaría la recaudación?
Para esto, deberemos corregir uno de los grandes defectos de la Hacienda española, como es la elevada carga de beneficios fiscales, que complica el cumplimiento de las obligaciones. En España, las empresas pequeñas pagan un tipo efectivo de más del 20%; y las más grandes, por debajo del 10%. Esto hay que corregirlo, es competencia desleal.
Entonces, ¿las grandes empresas pagarían más tras la secesión, para igualar los tributos de las 'pymes'?
Necesitamos encontrar un campo de juego donde todas las empresas jueguen con la misma fiscalidad. Donde no haya competencia desleal ni un número reducido de grandes empresas con una tributación tan sustancialmente diferente a la gran mayoría de pymes. Esto provoca competencia desleal y resulta que el tejido productivo catalán está basado en esta tipología de empresas. Por tanto, el Govern preservará su competitividad.
¿Qué recaudación en relación al PIB podría tener?
La nueva Hacienda nos tiene que llevar a resolver la gran contradicción del sistema tributario español: tipos nominales muy altos y recaudaciones muy bajas. Con un 35% de la recaudación del PIB en España y Cataluña, cuando la media de la zona euro está en el 41%, son hasta 14.000 millones menos de ingresos. Por lo que, sin subir impuestos, ampliando la base de contribuyentes, siendo más rigurosos, podremos tener unos estándares de ingresos, quizás no como Dinamarca, pero sí como la media de la zona euro.
¿Para ampliar esa base están recopilando los datos que decía Vidal?
En absoluto. Estamos cruzando los datos que hemos recopilado durante los últimos 30 años con nuestros impuestos propios. Todo legal.
Dependerá de la aritmética parlamentaria, pero ¿los catalanes pagarán más o menos impuestos?
Necesitamos un sistema fiscal más equitativo y justo, que entre iguales paguemos lo mismo. El objetivo es la equidad y justicia fiscal; de esto no hay duda.
Más equidad, ¿pero no habrá más progresividad, como pedía la CUP con un nuevo tramo en el IRPF?
El Govern no cree hoy que sea oportuno subir impuestos, pero sí quiere reducir el fraude. El debate sobre impuestos lo decidirá el futuro Parlament con la independencia. Es más un debate ideológico, donde dependerá si gana la izquierda o la derecha. Pero con la equidad se trata de tener un sistema justo.