Empresas y finanzas

BBK y Kutxa abrirán el baile de fusiones

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero abrió la semana pasada la caja de Pandora, instigado por un PNV que quería poner de manifiesto las contradicciones del Partido Socialista y del Ejecutivo en materia de fusiones de cajas de ahorros.Todo el mundo habla ahora de dimensionar las entidades financieras, de reducir sus costes y de prevenir sus crisis.

Primero fueron los presidentes del Banco de España y de la CECA los que apuntaron la conveniencia de redimensionar las cajas de ahorros como antídoto para solventar las situaciones de crisis que se avecinan dado el parón económico, el alto riesgo inmobiliario que concentran y el aumento de las tasas de morosidad.

Ahora, tras tener que inyectar liquidez al sistema, Rodríguez Zapatero se atreve a hablar de fusiones. En España, la Administración aún no ha tenido que salir en auxilio de ninguna entidad, pero su insistencia en que éstas deben ganar dimensión y reducir sus costes apuntan a que tal vez se empiece a poner una venda en la posible herida.

Y a la cuarta, la vencida....

La propuesta de fusión de las cajas vascas no surge a raíz de la crisis, es un viejo proyecto que desde 2005 está apunto de fraguar, pero en el último instante las discrepancias políticas echan por tierra algo que, desde el punto de vista económico y financiero, es mucho más que razonable e incluso necesario.

Tres intentos en tres años y tres fracasos políticos. PNV y PSE han sido incapaces de cerrar un acuerdo para fusionar el trío BBK-Kutxa-Caja Vital cuando el momento económico era el más dulce de la historia, y ahora que nos adentramos en una de las crisis más profundas, tampoco es factible el acuerdo. El PSE no termina nunca de percibir que se den las condiciones de estabilidad y consensos necesarios para emprender un proceso de esa naturaleza.

De ahí que PNV haya decidido romper la baraja: si no es posible el trío, será un dúo (BBK y Kutxa). La iniciativa obtiene el respaldo de los dos presidentes, Xabier de Irala y Xabier Iturbe, y provoca la indignación de Gregorio Rojo. El dúo implica dejar de lado a la díscola Caja Vital, aunque dejan la puerta abierta a una posterior incorporación de la alavesa, en el convencimiento de que, cuando se vean solos los socialistas, terminarán por sumarse al proyecto. BBK y Kutxa ya se han pedido mutuamente la mano. Sólo les falta un voto en Guipúzcoa para poder dar el sí quiero.

Gregorio Rojo no oculta la decepción respecto de sus antiguos aliados de BBK y Kutxa, por dejar marginada a la caja alavesa y por plantear una fusión para crear una caja monocolor en sus órganos de gobierno y, por tanto, politizada.

Intereses electorales

PNV y PSE se acusan de anteponer sus intereses políticos sobre el futuro de las propias cajas. Mientras desde el plano teórico Zapatero respalda las uniones de cajas como método para reducir costes, ganar eficiencia y asegurar su viabilidad, son los socialistas vascos los que impiden la fusión de las tres entidades.

En tres años, el PSE ha frustrado la fusión en tres ocasiones por falta de estabilidad política y consensos. Uno de los elementos de inestabilidad fue la inconstitucional Consulta de Ibarretxe, pero dicha inestabilidad era relativa, porque no impide que PNV y PSE respalden mutuamente los Presupuestos del Gobierno central y autonómico, como así ha ocurrido en los tres últimos años, y a la vista está que los reeditarán para los de 2009.

Para los socialistas apoyar la fusión puede tener un fuerte coste electoral en Álava, donde existe mayor oposición social a esa fusión, y se da la circunstancia de que en Euskadi casi todos los años son electorales. Nunca encuentra el momento y la cita se aplaza sine die.

El interés electoral también salpica a PNV. Tras sucesivos descalabros en las urnas existe la posibilidad de que las autonómicas de primavera no les sean favorables y, por tanto, que pudieran perder influencia política para avanzar en el modelo de fusión que ellos desean.

Hace unos meses se renovaron los consejos de BBK y Kutxa, los nacionalistas volvieron a utilizar el rodillo de las mayorías y han conformado gobiernos monocolores en ambas cajas para los próximos cuatro años. En Caja Vital, sin embargo, PNV y PSE pactaron y gobiernan juntos.

La gran caja vasca

Decir que PNV siempre ha defendido la fusión de las cajas es tan inexacto como incierto. A principios de los años noventa, cuando comenzaron los cantos de sirena sobre la fusión, las disputas territoriales del PNV impidieron que fraguase, a pesar de que este partido tenía el control absoluto de las tres entidades. Hubo gente dentro del PNV que no fue capaz de mirar más allá y muchos lamentan ahora el tiempo perdido.

Esos años fueron también los del inicio de la fuerte expansión de La Caixa, estrategia que podrían haber seguido las vascas con una dimensión considerable si se hubieran unido. Hoy no sólo no lideran el sector de cajas, sino que la entidad catalana se ha colado en Euskadi como un temible competidor.

De forma paralela, esos fueron también los años del inicio del alejamiento de BBVA (BBVA.MC) de su Bilbao natal y del cambio de su estrategia inversora: pasó de ser el gran respaldo para el crecimiento de la industria vasca a ser el gran desinversor. Ahora incluso pone en venta sus emblemáticos edificios.

Por tanto, el relevo industrial debían tomarlo las cajas vascas. De ahí la implicación de BBK con ArcelorMittal (MTS.MC), Petronor-Repsol (REP.MC), Ingeteam o Iberdrola (IBE.MC); de Kutxa con Ibermática o CAF (CAF.MC), y Caja Vital con Tubos Reunidos (TRG.MC) o la plataforma logística Arasur. Pero las cajas en solitario carecen de la dimensión suficiente para jugar el papel que en su día desempeñó el BBVA.

Maquinaria en marcha

A pesar del fracaso de 2005, las cajas no han descansado. Tenían todo un plan diseñado, con asesoramiento de firmas como PricewaterhouseCoopers, que han ejecutado poco a poco, por lo que la realización final de la fusión puede hacerse en tres meses. Se han reorganizado las carteras industriales y han analizado todos sus procesos internos para que su integración sea inmediata.

El plan previsto para la fusión a tres es perfectamente aplicable para la fusión a dos. La entidad fusionada estará estructurada como un holding, que ubicará la sede financiera en Bilbao y la de la cartera industrial y operativa informática en San Sebastián. No se solapan las redes de oficinas en el País Vasco y tampoco en las redes de expansión, lo que evita ajustes de plantilla.

Esta falta de duplicidades motivó un expediente y sanción de Defensa de la Competencia sobre BBK, Kutxa, Vital y Caja Navarra, con una multa de 24 millones de euros por un supuesto reparto de mercados, cuestión que está recurrida por las entidades ante la justicia.

Por tanto los excedentes de personal serán en los servicios centrales y sólo afectarán a unos 250 trabajadores sobre una masa laboral de unas 6.000 personas. El sistema para solucionar el problema serán prejubilaciones.

Proyecto de fusión BBK-Kuktxa

La entidad resultante estaría entre las cinco primeras.

Los protagonistas

Con la fusión a tres se planteaba una presidencia y dos vicepresidencia, pero en una integración a dos el modelo podría ser bicéfalo, lo que evitaría suspicacias en Guipúzcoa. La entidad resultante será un 60% BBK y un 40% Kutxa, pero fracasaría si la sociedad guipuzcoana la percibe como una absorción.

De cualquier forma, lo que resulta innegable es que habrá un protagonismo especial de Xabier de Irala, pero sin obviar que hay otros pesos pesados. Por una parte está el propio presidente de Kutxa, Xabier Iturbe, que fuera director de Recursos Corporativos de Euskaltel y que en el poco tiempo que lleva en la caja ha realizado ya profundos cambios de estructura y modelo de funcionamiento.

Y por otra, en BBK está Ignacio Sánchez-Asiaín, que fuera director general en el BBVA y responsable del banco en Latinoamérica. Su fichaje en enero de este año estuvo directamente relacionado con los planes de fusión, ya que se trata de un profesional de la banca que por su experiencia profesional sabe de fusiones.

Una vez que se tengan todos los beneplácitos, la ceremonia de la boda BBK-Kutxa se puede preparar en tan sólo tres meses. Con todos los votos en un mes se convocan las asambleas de ratificación. Paralelamente, se comunica a Defensa de la Competencia para que dé su visto bueno, trámite que seguro que ya han sondeado para limar posibles suspicacias de antemano. Las cuentas de BBK y Kutxa hasta 30 de septiembre de 2008 ya están auditadas para favorecer las valoraciones y operaciones de canje. Así, la fusión podría ser efectiva el primero de enero de 2009.

La nueva caja estaría entre las cinco primeras del ranking, con una red de 761 sucursales sin duplicidades. Controlaría el 25% de Banco Guipuzcoano (GUI.MC) y en banca personal y de inversión operaría a través de Banco Madrid y las sociedades de valores y bolsa Fineco y Norbolsa. La integración permitiría a Kutxa diluir el riesgo inmobiliario que arrastra y a BBK tener mayor capacidad para invertir en Iberdrola.

CCOO y el voto de oro

PNV y EA cuentan con mayoría suficiente para que la asamblea de BBK ratifique la fusión, siempre y cuando lleguen a un acuerdo con CCOO, que es el sindicato mayoritario y tiene mucho peso. En Kutxa les falta un voto más, se buscan apoyos desde las filas del PP hasta en las de Batasuna. Los sindicatos ELA y LAB se oponen inicialmente, porque deja de lado a Vital, pero detrás se oculta que en la fusionada su influencia se diluye en favor de CCOO.

Este sindicato siempre ha respaldado la fusión. Aboga por un proceso de tres cajas, pero no ve mal una fusión a dos tiempos si después se une Caja Vital. En el aspecto laboral reivindican garantías, las condiciones de prejubilación de excedentes. Como modelo de caja piden la democratización de los órganos de gobierno y potenciar la obra social. El acuerdo con el sindicato está casi cerrado.

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