
Banco Santander favorecerá el relanzamiento de Openbank con un cambio de imagen. La entidad ha diseñado una nueva marca, que modifica la tipografía del logotipo para el decano banco online y, aunque conservará los colores, la mancha del histórico rojo fuego del grupo cántabro cede terreno al negro y deja caer su característica llama roja en favor de la silueta de una llave.
El resultado del rebranding fomenta la sensación de autonomía o especialización frente a la matriz, y aleja cualquier tipo de confusión de que sus estrategias deban seguir caminos iguales. Y el cambio devuelve, de algún modo, a Openbank a sus orígenes, cuando se fundó en 1995 como el primer banco puro online de España sobre una ficha bancaria propiedad de Banesto y con una imagen corporativa sin el pictograma distintivo del Santander.
Etapa como Patagon
La imagen que hoy conocemos la adopta en 2007 coincidiendo con la migración de la plataforma tecnológica al grupo y zanjando así la cuestionada apuesta por Patagon. El Santander llegó a invertir 540 millones de dólares en la adquisición del portal argentino Patagon.com en 2000 desarrollado por Constancio Larguía y Wenceslao Casares, en la creencia de que multiplicaría de manera exponencial a un Openbank que adoptó la marca del site y vistió su bicolor azul y amarillo para aprovechar su tirón.
Es el primer banco online en entrar en rentabilidad, en 2002, pero la lenta penetración de los servicios financieros exclusivamente por internet hace que la recuperación de aquella inversión sea aún residual.
El banco ganó 69.000 euros el año pasado y aumentó un 8,6% las cuentas de clientes abiertas, hasta 1,37 millones -935.264 corrientes y 350.967 de ahorro, además de otras 92.027 para importes a plazo-, conforme a datos de la Asociación Española de Banca (AEB). A cierre junio gestionaba un volumen de activos de 5.507 millones de euros y 5.342 millones en pasivo -5.242 millones en depósito de clientes-. En los últimos seis meses ha conseguido incrementar dicha cartera un 11% frente a los 4.720,6 millones con que cerraba 2015.
El complicado escenario que crea la combinación de tipos de interés negativos, insuficiente negocio y el lastre creciente originado por cargas normativas, ha convertido al mundo digital en el campo donde todos las entidades plantan batalla, si bien con la estrategia prioritaria de migrar la operativa pesada y carente de valor de sus clientes. La intención es aquilatar costes y dar al tiempo respuesta a un usuarios cada día más tecnológico, sin una oferta muy distinta a la de la sucursal.
Rivalidad
La intensificación de esa rivalidad no impidió, sin embargo, a Openbank ser uno de los pocos bancos que el año pasado ganó cuentas. La liviana estructura de la banca directa permite dar mayores retribuciones al ahorro y eximir al cliente de comisiones, aunque Openbank tiene a disposición de sus usuarios además los 4.500 cajeros y 3.000 sucursales del grupo.
Su depósito de captación ofrece un 2% TIN en tres meses ó 0,73 TAE -elevable a 0,88% TAE si domicilia nómina y recibos-. Se encuentra además en plena campaña para vincular usuarios y hasta marzo ofrece a los clientes con nómina en el banco el 10% de descuento en las facturas que lleven, hasta un tope de 50 euros.
El grupo cántabro tuvo sobre el tapete hace un par de años convertir Openbank en una filial especializada en jóvenes. Una idea que Caixabank cristalizaría después con ImaginBank, su marca para atender a la generación milennials, población de 25 a 35 años, nativa digital. Aquel proyecto quedó en el cajón. Corresponde al equipo hoy dirigido por el argentino Ezequiel Szafir como consejero delegado encarar la nueva etapa con la futura imagen. Sería el penúltimo fleco en la reacomodación de las enseñas online tras la absorción de iBanesto por parte de bancosantander.es