
Los ahorradores españoles son los que menos cobrarían de Europa en el caso de que hubiera una quiebra bancaria. Cada inversor tiene garantizado por ley la devolución de un máximo de 20.000 euros del dinero depositado en bancos y cajas por cliente y entidad. Es la cantidad mínima exigida por Bruselas y está además congelada desde el 31 de diciembre de 1999.
Aunque todo indica que nuestro sistema financiero tiene una solidez contrastada, varias organizaciones de consumidores, como Adicae o Facua, han mostrado ya su preocupación por este dato, que nos coloca en el furgón de cola de la Unión Europea, al mismo nivel tan sólo de Grecia, Austria, Bélgica y Luxemburgo.
Al margen de Estados Unidos, que garantiza el cobro de 100.000 dólares (casi 70.000 euros) y que se está planteando además incrementar esa cifra, la mayoría de los estados europeos está muy por encima del dinero que asegura en España el Fondo de Garantía de Depósitos.
A la cola europea
A la cabeza y de forma muy destacada está Italia, que garantiza la recuperación en el caso de una quiebra bancaria de 103.291 euros a cada inversor; en Irlanda se elevó hace dos semanas la cantidad máxima hasta 100.000 euros; en Francia están asegurados 70.000, en Dinamarca 40.300 y en Portugal 25.000. Y eso por no hablar de casos algo más complejos, pero con las mismas o mayores garantías.
El fondo holandés asegura, por ejemplo, el cobro de un mínimo de 20.000 euros, pero devolvería también en el caso de que hubiera un problema el 90% de otros 20.000 adicionales. Y en Alemania, aunque la cantidad inicial asegurada es la mínima, al igual que España, las asociaciones bancarias tienen una protección adicional, muy superior a la exigida por la ley, con lo que los ahorradores pueden recuperar hasta el 30% del capital que tiene un banco y la totalidad del de las cajas y cooperativas.
En Europa, ha habido en los últimos años muy pocas revisiones de los fondos de garantía de depósitos. Las dos más recientes han sido las de Irlanda, hace dos semanas, y la del Reino Unido. En este último caso, la revisión se llevó a cabo hace justo un año, el 1 de octubre de 2007. Hasta entonces, el sistema de compensación británico tan sólo garantizaba a los ahorradores el 100% de las primeras 2.000 libras (2.868 euros) depositadas y el 90% de las siguientes 33.000 libras (47.331 euros).
Eso provocó que tras conocerse los problemas de liquidez del banco Northern Rock, miles de pequeños inversores británicos acudieran en masa a retirar sus ahorros y a la Autoridad de Servicios Financieros (FSA por sus siglas en inglés) no le quedara otro remedio que incrementar el límite del fondo de garantía hasta el cien por cien de las primeras 35.000 libras esterlinas depositadas. Aunque eso no impidió tampoco la nacionalización del banco meses después, para evitar su quiebra.