Empresas y finanzas

La eólica se restó a sí misma 500 millones durante el primer semestre

  • Se pide otro modelo retributivo que permita captar inversión

Es víctima de producir a precios muy bajos y hundir el mercado de la electricidad.

Cuando hay mucho viento y los molinos se ponen en girar masivamente el precio de la electricidad se hunde. Gracias a ello, durante el primer semestre los consumidores domésticos pagaron un 23 por ciento menos de luz y las empresas un 36 por ciento menos; el reverso de la situación es que las centrales eólicas también cobraron menos, unos 500 millones menos de lo previsto en el mismo período, según los cálculos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

El fenómeno, denominado efecto caníbal, es una de las quejas de un sector al que le sigue doliendo la reforma eléctrica y que, a pesar de ello, considera que "la coyuntura es inmejorable para reactivar el sector renovable", en palabras de Juan Diego Díaz, presidente de la entidad.

Su juicio se basa en el bajo precio del dinero y las materias primas, la competitividad de la tecnología y una demanda eléctrica creciente. Sin embargo, la regulación no ayuda nada; más bien al contrario.

Por eso, durante la celebración ayer del II Congreso Eólico Español, hubo clamor a la hora de reclamar una revisión de la legislación para ganar predictibilidad, seguridad y estabilidad -el Gobierno puede cambiar los ingresos de las renovables cada seis años, un plazo muy corto para conseguir financiación-, un modelo retributivo que evite el efecto caníbal y dé señales a la inversión -la opción es un precio fijo durante la vida útil de las instalaciones- y unas subastas para adjudicar potencia muy diferentes a la celebrada en enero, cuyo sistema fue denostado sin matices.

Ni kamikazes ni especuladores

Primeros espadas como Joao Paulo Costeira, consejero delegado de EDPR; Ricardo Chocarro, consejero delegado para Europa, Oriente Medio y África de Gamesa; Marco Graziano, presidente de Vestas Mediterráneo, o Ángeles Santamaría, directora de Renovables de Iberia e Internacional de Iberdrola, pidieron que los futuros concursos tengan lugar tras un proceso de precalificación de los participantes, para evitar que pujen kamikazes bien intencionados, pero sin posibilidades de concretar sus proyectos, y especuladores que sólo buscan vender la potencia que se adjudiquen.

Igualmente, abogaron por un calendario para las futuras subastas, necesarias al objeto de instalar los 6.400 MW eólicos previstos hasta 2020 para cumplir con los objetivos nacionales de renovables.

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