California ha aprobado una reforma de su modelo de autoconsumo eléctrico, basado en el balance neto puro -intercambio de energía con la red-, en la que introduce dos peajes a los autoconsumidores. Entrará en vigor en julio de 2017.
El primero de los peajes oscila de 75 a 150 euros, se paga una única vez y tiene por objeto garantizar que el sistema de autoconsumo se conecta en condiciones de seguridad a la red; hasta ahora sólo lo pagaban los consumidores convencionales. En España hay un cargo similar, del que están exentos las pequeñas instalaciones.
El segundo es un peaje de dos o tres céntimos de dólar por kWh consumido de la red, también pagado por los abonados convencionales, que hasta ahora los autoconsumidores sólo sufragaban por la energía neta que precisaban recibir del sistema, una vez compensada la energía inyectada por ellos. Se destina a programas para luchar contra la pobreza energética y la promoción de la eficiencia energética.
Se mantiene el cargo de 10 dólares mensuales que abonan todos los consumidores, que se dedica al mantenimiento del sistema y a programas como el de baterías del Estado, que aspira a llegar a tener una capacidad de 1,3 GW de almacenamiento en 2020. En España las baterías conectadas a la red de distribución -no a la red interior de un consumidor- están prohibidas.
En un futuro -2018 ó 2019- se establecerán tarifas horarias al autoconsumo, de modo que dejará de ser un intercambio de energía puro, así como peajes específicos para las instalaciones de autoconsumo con más de 1 MW de potencia.
Las compañías eléctricas locales pedían el establecimiento de más cargos fijos, que finalmente se han rechazado. En California hay 3.600 MW de autoconsumo, el 64 por ciento doméstico.