Si China se ha convertido en 'la fábrica del mundo' ha sido, fundamentalmente, por los bajos costes de producción que ofrecía. Las empresas han podido ampliar sus márgenes de beneficio gracias a lo barato que les salía fabricar en las plantas de este país. Pero la situación está cambiando. Los trabajadores chinos empiezan a obtener una mejora de sueldos y condiciones de vida que está llevando a las compañías a buscar de nuevo ese diferencial en la mano de obra.
Sin salir de Asia, en este trasvase de carga de trabajo hacia lugares con menores costes laborales entran en escena Vietnam, Camboya, Myanmar o Laos, con una elevada base de población joven y una clase media no tan pujante como China. Los expertos ya ven una "transformación" en la región que forma parte del desarrollo de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA) como "tercer pilar" del crecimiento, tras el surgimiento de China y la India.
En su análisis, identifican como factor ganador la conjunción de tres características específicas de la región. Por una parte, el ya citado bajo coste de los trabajadores en países como Myanmar, Camboya y Laos. Por otras, las fábricas altamente eficientes de Tailandia, Vietnam, Indonesia y Filipinas. Y, por último, el segmento de productores más sofisticados en Singapur y Malasia.
Un mercado único
A esto se suma la medida que entrará en vigor a finales de este año para unificar el mercado del área ANSA. Los diez países que la forman (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam) permitirán desde diciembre de 2015 la libre circulación de bienes, servicios, capital y trabajo entre los estados miembro, que suman más de 600 millones de habitantes.
Según estiman los economistas del Banco ANZ, de aquí a 2030 el cambio hacia estos países por parte de las multinacionales extranjeras y también de las propias compañías chinas será completo. "Creemos que le quitará a China su trono de 'fábrica del mundo' en los próximos diez o quince años, a medida que las empresas se muevan para aprovechar la mano de obra barata y abundante en áreas como la del Gran Mekong (sudeste de Asia)", explican en un análisis recogido por Bloomberg.
La región ya eclipsó a China en 2013, al recibir más inversión extranjera directa que el gigante asiático. En concreto, a las cinco mayores economías de la ANSA llegaron 128.400 millones de dólares, el 7% más que en 2012, mientras que China captó 117.600 millones de dólares, el 2,9% menos, según los datos de Bank of America Merril Lynch. Y este hito podría convertirse en una constante. De acuerdo con los cálculos de ANZ, en conjunto estas naciones podrían acaparar fondos foráneos por valor de más de 106.000 millones de dólares en 2025.