Empresas y finanzas

La mitad de los edificios en España son poco eficientes

Aprobamos por los pelos, pero podemos mejorar. Desde que el 1 de junio de 2013 entrara en vigor la normativa que obliga a los todos los inmuebles en régimen de venta y alquiler ?salvo algunas excepciones- a tener un certificado energético, los resultados no son especialmente halagüeños.

Los últimos datos oficiales, elaborados por el Idae, dicen que cerca de 650.000 edificios existentes en España cuentan con un certificado de estas características y que son poco más de 14.000 los edificios nuevos certificados.

Sin embargo, en estos últimos meses, algunas Comunidades Autónomas, como Cataluña, han hecho públicos sus datos a 31 de diciembre de 2014 y es más que probable que el número total supere el millón de inmuebles, una cifra absolutamente insuficiente si tenemos en cuenta que se calcula que más de cinco millones de edificios se encuentran en venta o alquiler en nuestro país.

Lo que más preocupa no es solo el número de inmuebles que aún están sin certificar, sino que el 45 por ciento han obtenido la calificación E, la tercera peor en la escala total, siendo la A la más eficiente y la G la menos eficiente, según el consumo de energía y las emisiones de CO2, mientras que el 28 por ciento han obtenido la peor calificación: la G.

A pesar de todo, nos comenta Inés García, responsable de comunicación de certicalia.com, ?los datos son los esperados. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los edificios construidos en España son anteriores a 2007 y por aquel entonces no había normativas que obligaran al aislamiento. Ahora la situación es diferente y los edificios posteriores a esta fecha ya incluyen este tipo de medidas?.

El técnico evalúa la envolvente del inmueble -fachada, ventanas, suelos, tejados, muros, puertas- y las instalaciones que producen la energía -calefacción, ACS y aire acondicionado- y, en base a los resultados obtenidos, hace una serie de recomendaciones al propietario para mejorar la calificación de su propiedad.

Subir un escalón -en este caso una letra- puede ser tan sencillo como cambiar las ventanas por otras con mayor aislamiento -unos 2.500 euros de media- o poner una caldera más eficiente que aproveche el calor producido en la combustión -alrededor de 2.000 euros-. Un gasto que habría que enfocarlo como una inversión y que suele ser menos gravoso para nuestro bolsillo con las ayudas de los Planes Renove a nivel autonómico ó al Plan Estatal de Fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria, y la regeneración y renovación urbanas 2013-2016.

La responsable de certicalia.com nos explica que el ahorro energético que se puede conseguir según la calificación del inmueble puede variar considerablemente. Según un estudio elaborado por este portal, el gasto medio de una vivienda de 100 metros cuadrados con calificación energética E en calefacción, refrigeración y agua caliente es de 1.010 euros al año, mientras que este coste se reduce hasta los 635 euros con una calificación D.

Falta de información y de vigilancia en el cumplimiento

El precio ya no es excusa. Es cierto que los primeros certificados que se hicieron en España costaban, de media, entre 120 y 150 euros; sin embargo, la competencia es tan elevada que los técnicos se han visto obligados a reducir el precio prácticamente a la mitad, siendo más baratos en regiones más pobladas donde la demanda es mayor que en otras donde el número de inmuebles baja considerablemente.

Por otra parte, el hecho de que sea obligatorio contar con un certificado energético o que existan multas por incumplimiento -que pueden ir desde los 300 hasta los 6.000 euros según la gravedad de la infracción-, no parecen ser armas suficientes para que el número de certificaciones aumente.

El principal problema, argumenta Inés García, ?es la falta de información de las administraciones al ciudadano, unido a la ausencia de inspecciones. Sería muy fácil acercarse a una inmobiliaria o entrar en un portal inmobiliario y ver que muchos anuncios no cumplen con la normativa porque no tienen el certificado. El Ministerio le pasa la pelota a las Comunidades Autónomas que, de momento, solo se están centrando en ver si los certificados que se han realizado están bien hechos, pero no están controlando si las ventas o alquileres de inmuebles que se están realizando cuentan con ese certificado?.

Es cierto que en alguna Comunidad Autónoma, como Madrid, ya se han abierto varios expedientes, algunos de los cuales han acabado en sanción. Según la responsable de certicalia.com, en base a una información publicada por el diario El Mundo, ?de los 21 expedientes abiertos, nueve han sido para propietarios que han alquilado sus viviendas sin contar con el certificado energético, otros nueve ya llevan aparajedos la correspondiente sanción por falsear la información del certificado y otros tres expedientes sancionadores han recaído en personas que han actuado como técnico certificador sin tener la titulación requerida?.

Reino Unido y Dinamarca, los primeros en certificación energética

España ha sido el último país de la Unión Europea en implantarla normativa del certificado energético. Reino Unido es el país pionero ya que desde 1995 exige el certificado para nuevas construcciones y, para las existentes, es obligatorio desde 2007. Además, el documento del certificado británico es de los más completos porque también informa sobre posibles ayudas y subvenciones para su rehabilitación.

Dinamarca cuenta con el certificado desde 1997 y, entre sus peculiaridades, la norma recoge que los técnicos tienen que tener al menos cinco años de experiencia.

Artículo publicado en la edición de marzo de elEconomista Energía

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