
Iberdrola quiere aprovechar las oportunidades que ofrece en este momento el sector del ladrillo español y para ello acaba de sanear su filial inmobiliaria con una ampliación de capital de 616,7 millones de euros.
El grupo ha cubierto esta cantidad, de los que 154,2 millones corresponden al valor nominal de las acciones y los 462,5 millones restantes en concepto de prima de emisión, en una operación intragrupo en la que la matriz ha recapitalizado la deuda de la filial.
Iberdrola Inmobiliaria cancela, de este modo, la deuda que mantenía con la matriz con los fondos recibidos en la ampliación. Las últimas cuentas consolidadas de la compañía depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes a 2013, arrojan unas pérdidas por valor de 73 millones en Iberdrola Inmobiliaria y una deuda con entidades de crédito de 93 millones (34 a corto y 58,9 millones a largo plazo). Tras el aumento de capital, la filial queda con un balance saneado para afrontar con plenas garantías una nueva etapa en la que el sector inmobiliario está siendo protagonista.
Ayer se conoció, además, que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, recibió la semana pasada un total de 536.359 acciones de la compañía correspondientes al bono estratégico para el periodo 2011-2013 cuyo valor a precio de mercado alcanza los 3,25 millones. Esta entrega de acciones, aprobada por la junta de accionistas de la compañía en 2011, constituye la segunda liquidación parcial del bono plurianual para los consejeros ejecutivos y altos directivos de la compañía, según consta en los resgistros de la CNMV.
El bono estratégico para el periodo 2011-2013, que se entrega en acciones, sustituyó al correspondiente al periodo 2008-2010 y está vinculado a la consecución de objetivos. Así, se dirige a 350 beneficiarios y la distribución máxima son 18,5 millones de acciones, sin que ninguno pueda obtener más de 1,9 millones de títulos.