
La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de bajar casi a cero el precio oficial del dinero ha propinado el último golpe a los depósitos. La banca sólo paga más de un 1% a empresas que dejen sus ahorros a un plazo de entre uno y dos años, y aún así es la mitad de la rentabilidad ofertada un año atrás.
La decadencia del producto empezó con las restricciones al extratipo fijadas por el Banco de España en 2013 para abortar una guerra en el pasivo que destrozaba las cuentas de la banca, cuando su negocio y rentabilidad más flaqueaba.
Hoy apenas retribuyen las imposiciones. El plazo más atractivo es para el dinero fresco que las empresas inmovilicen entre uno y dos años, con un tipo medio del 1,03% en octubre, frente al 1,89% retribuido doce meses atrás y alejado del 3,32% logrado en 2010, según datos del Banco de España. La tasa en plazos inferiores para sociedades cae en el último año del 1,38 al 0,59% y del 2,97 al 0,79% en imposiciones que excedan los 24 meses.
La oferta es, en términos generales, algo más generosa para los hogares, aunque el depósito tradicional a un año renta un 0,62% e, incluso, ha perdido interés aparcar el dinero a periodos superiores a los dos años (su rentabilidad se ha desplomado al 0,95%, cuando llegó a rebasar el 3% cuando los mercados no permitía a la banca española emitir deuda).
Este producto, tradicionalmente de gran aceptación como refugio sin arriesgar en la inversión, ha perdido gran parte de su atractivo. Pero, incluso, así bate a otras alternativas conservadoras como las letras del Tesoro. El rendimiento de la deuda a doce meses ronda el 0,31%, y la tendencia se dibuja todavía a la baja, a medida que se desinfla la prima de riesgo y con el interés de la eurozona situado en el 0,05% desde septiembre.
El abaratamiento progresivo ha alterado la gestión del dinero. Una parte nada desdeñable de los fondos continúan en cartillas casi sin retribuir porque en tiempos se prefiere mantener liquidez: los hogares alojan en cuentas remuneradas al 0,17% 351.877 millones o el 46,99% de su ahorro en imposiciones; mientras que las compañías mantienen 121.408 millones o el 62,23%.
Pero los recursos en depósitos han migrado a los plazos superiores para rentabilizarlos (el dinero aparcado a más de dos años de familias es un 15,98% frente al 6,83% que suponía en 2008, y escala del 4,76 al 7,91% en empresas).
La necesidad para las entidades de atraer estos recursos ha desaparecido porque pueden captarlo en los mercados a precios históricamente bajos. Les interesa migrar el dinero a productos generadores de comisiones y que ofrezcan mejores expectativas de ganar dinero a los clientes porque la prioridad del sector es levantar la baja rentabilidad. Sin embargo, el sector cree que la retribución del depósito encontrará el suelo pronto, en una horquilla entre el 0,5 y 0,7%, dado que son productos demandados por los clientes y que vinculan.