La eléctrica alemana E.ON ha decidido acomodarse a los nuevos tiempos y ha aprobado una profunda reordenación de su negocio. La compañía se desprende de su negocio en España y Portugal por 2.500 millones de euros para reducir su nivel de endeudamiento -que ronda los 31.000 millones de euros- y da un paso al frente para centrarse en las renovables, la distribución, y las soluciones para clientes.
El grupo alemán mantiene una política de rotación de activos para poder reenfocar su negocio que se ha visto afectado por la competencia de la energía renovable en el mercado alemán, el cierre de las nucleares, los golpes regulatorios en Europa y por la tibia demanda generada por la crisis.
La compañía mantiene también a la venta sus activos en Italia -adquiridos también en su día a Endesa- así como los activos de exploración y producción en el Mar del Norte, una zona en la que se ha fijado mucho Repsol para realizar compras.
El consejo de supervisión de la compañía alemana ha decidido agrupar su generación convencional, el negocio de comercio mundial de energía, y sus empresas de exploración y producción en una nueva empresa independiente ("Nueva Sociedad"), que prevén sacar a bolsa en 2016.
A lo largo del próximo año, la eléctrica alemana tomará las medidas preparatorias necesarias. "Creemos firmemente que la creación de dos empresas independientes, cada uno con un perfil y misión distinta, es la mejor manera de asegurar puestos de trabajo de nuestros empleados. Por tanto, nuestra nueva estrategia no es un programa de trabajo de corte ", explica el consejero delegado de E.ON, Johannes Teyssen.
Se divide en dos
E.ON SE, la sociedad principal, se centrará en los nuevos negocios mundiales de la energía y de los clientes. Para ello contará con tres negocios principales: las energías renovables, las redes de distribución y las soluciones para los clientes. Los tres negocios encajan entre sí y se refuerzan creando una cartera con ingresos estables y un fuerte potencial de crecimiento.
En su nueva configuración E.ON proporcionará soluciones innovadoras para satisfacer las necesidades de sus aproximadamente 33 millones de clientes. Para este propósito, aumentará sus inversiones ya para el próximo año en alrededor 500 millones en comparación con el previsto anteriormente 2015 el gasto de capital de 4.300 millones.
E.ON pondrá especial énfasis en la expansión de su negocio eólico en Europa y en otros mercados de destino seleccionados donde cuenta con una cartera de proyectos de 15.000 MW. También fortalecerá su negocio solar. Se modernizará sus redes de distribución de energía en sus mercados europeos y también en Turquía para hacerlos más inteligentes para que los clientes pueden beneficiarse de la servicios de eficiencia energética y de generación distribuida.
En 2014 y 2015, la compañía mantendrá su centro corporativo con el fin de asegurar la continuidad de la presentación de informes.
E.ON espera llevar a cabo la escisión después de la aprobación por la Junta General en 2016.
Como parte del proceso de preparación de las cuentas anuales y el nuevo plan a medio plazo, el Consejo de Administración ha aprobado un deterioro adicional de las cuentas de alrededor de 4.500 millones en 2014, principalmente por sus operaciones en el sur de Europa y en activos de generación.
En vista de estos desarrollos estratégicos, la reestructuración de la compañía, y las incertidumbres relacionadas previsibles, el Consejo de Vigilancia acordó fijar un dividendo de 0,50 euros por acción tanto para el 2014 y 2015.
La propuesta de dividendo se aplicará independientemente de cuestiones como las posibles consecuencias de la racionalización de la cartera, el tratamiento contable de la nueva configuración de la empresa y el resultado de los procesos judiciales pendientes en relación con los impuestos del combustible nuclear de Alemania.
E.ON además reafirmó sus previsiones para todo el año 2014 con un ebitda de entre 8.000 y 8.600 millones y un beneficio neto subyacente de entre 1.500 y 1.900 millones de euros.
Venta de España y Portugal
El consejo de supervisión acordó también la venta de todos sus negocios en España y Portugal a Macquarie European Infrastructure Fund IV por un valor de 2.500 millones de euros.
El comprador asumirá todas las actividades en el mercado ibérico y se compromete a largo plazo con el futuro de los negocios. Las actividades que serán vendidas incluyen los 650.000 clientes de electricidad y gas, y los 32.000 kilómetros de red de distribución eléctrica. Adicionalmente, en España y Portugal tiene una capacidad instalada total de generación de 4.000 MW, entre carbón, gas y energías renovables.
La transacción está sujeta a la aprobación de la autoridad de Competencia de la Unión Europea y se espera finalizar en el primer trimestre de 2015. Además, Wren House Infrastructure, propiedad de Kuwait Investment Authority, se convertirá en inversor minoritario en los negocios en Iberia, junto con Macquarie Fund, aunque no se especificó el porcentaje, que podría llegar al 40 por ciento.
El consejero delegado de E.ON Johannes Teyssen dijo: "Nuestras actividades en España cuentan con activos de alto rendimiento con una generación diversificada y medioambientalmente responsable y una red de distribución de electricidad de alta calidad. El resultado de la venta incrementará la flexibilidad financiera de E.ON y reforzará nuestro balance. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todos los empleados de España por el excelente trabajo realizado como parte de E.ON y mientras esperamos concluir la transacción, trabajaremos junto con el nuevo dueño, nuestros sindicatos y representantes para establecer una senda exitosa para el futuro de la compañía y sus empleados."
Los compradores podrían dividir el grupo presidido por Miguel Antoñanzas en una rama para el negocio regulado y otra para el liberalizado.
E.ON contemplaba un crecimiento del resultado bruto de explotación del 50 por ciento en su negocio en España, hasta los 495 millones en 2023. La compañía desgrana en tres divisiones su negocio: generación, comercialización y distribución. En total, esperan un EBITDA de 281 millones de euros para 2014 y un capex o capital para la inversión de 93 millones de euros.
La eléctrica estima que el beneficio de explotación (ebit) se revalorizará un 77,3% en los próximos diez años, tras un 2015 en el que el resultado tocará suelo para, a continuación, comenzar un crecimiento año a año por la mejora en generación y el potencial del área de comercialización para captar nuevos clientes.
Con estas previsiones, los ingresos tendrán una tasa de crecimiento anual del 7% y acumularán un aumento del 78 por ciento en 2023, gracias sobre todo a la actividad de producción eléctrica, una vez digerido el impacto de la reforma energética.
E.ON destaca la diversificación de su mix energético, que consta de centrales de carbón, ciclos combinados, hidráulicas y renovables. En concreto, en el negocio de tecnologías limpias cuenta con activos eólicos (incluye sus instalaciones en Portugal), plantas termosolares y minihidráulicas. Así, su cartera de proyectos renovables es muy amplia y tiene la ventaja de contar con potencial de repotenciación.
En este sentido, una de las patas principales de esta operación es la central hidroeléctrica de bombeo situada en San Miguel de Aguayo (Cantabria), en la que ha invertido 600 millones de euros para ampliar la instalación con 1.000 megavatios adicionales. A juicio del grupo, la naturaleza regulada de distribución y de las energías renovables "ofrece estabilidad en los resultados".