El Consejo Europeo se prepara para analizar este próximo jueves los objetivos de política climática para el año 2030. Según ha podido saber elEconomista, el Gobierno español respaldará la puesta en funcionamiento de un objetivo vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de hasta el 40%, asimismo apoyará que haya un objetivo no vinculante del 30% para la eficiencia energética y un objetivo vinculante para las renovables de hasta el 27%.
La posición española se queda corta frente a lo que defienden países como Alemania y Dinamarca, que van más allá y exige que la reducción de gases de efecto invernadero sea de, al menos, el 40%. Además, el Gobierno de Angela Merkel quiere también un objetivo vinculante de eficiencia energética del 30% y hasta un 30% obligatorio de renovables.
Francia, por su parte, tendría un planteamiento similar al español, al igual que Italia. La política de cambio climático tendrá un efecto claro en los precios de la energía y en los costes de los derechos de emisión para las empresas.
Los grandes industriales han alertado de que imponer objetivos muy ambiciosos podría desplazar la producción de plantas eficientes hacia territorios con una menor conciencia ambiental, lo que redundaría en una pérdido global del objetivo de rebajar el aumento de temperatura del planeta.
Juncker defiende un 30%
