La historia vuelve a repetirse. Constructor con jugosas plusvalías inmobiliarias que invierte en bolsa y se encuentra después atrapado por el estallido de la burbuja y la caída de los mercados. Le pasó a Luis Portillo, a los Nozaleda y ahora al empresario murciano T. C.. Aunque con un patrimonio más pequeño, C. se hizo a finales del año pasado con el 3,5 por ciento de Banco Popular por 526 millones. Su empresa, Grupo Hispania, tenía en pleno boom inmobiliario unos activos valorados en sólo 260 millones, pero el constructor no tuvo ningún problema para que la banca le prestara 394 millones y poder acometer así la operación.
Lo que no se podía ni imaginar entonces es que el Popular (POP.MC) iba a caer en picado en bolsa, y que tras ofrecer como garantía para el préstamo las propias acciones, en enero se iba a ver obligado a desembolsar otros 99 millones más como depósito adicional. El elevado endeudamiento comenzaba así a pasar factura y el problema es que, lejos de remontar en el mercado, la acción sigue cayendo.
Objetivo: subir el precio
Según aseguran fuentes financieras, el constructor, que había declarado estar dispuesto a llegar al 5 por ciento del capital, pidió entonces ayuda al Popular, con el que tendría una deuda de unos 100 millones y fue el propio banco el que se ofreció a buscarle comprador. Aunque el banco no se pronuncia y el empresario niega dificultades, es aquí donde aparece una posible vía de escape cuando un grupo de inversores mexicanos, liderados por el empresario de las telecomunicaciones Tomás Milmo, aparece como candidato a la compra.
"Estoy ultimando las negociaciones con ellos. Si vendo es porque han ofrecido una prima importante, tanto a mí como a otros inversores, aunque luego todo el mundo lo haya desmentido", aseguró ayer T. C. en declaraciones a elEconomista, declinando, sin embargo, comentar con quien tiene la deuda. "Es con una entidad extranjera", se limita a decir.
¿Pero por qué alguien que está negociando la venta de un paquete valorado en más de 400 millones se empeña en que todo el mundo lo sepa? ¿A qué obedece su interés en que se conozcan todos los detalles de la operación cuando supuestamente deberían existir acuerdos de confidencialidad? Sólo hay una respuesta posible: el interesado está tratando de inflar al máximo el precio para vender lo más caro posible.
"He facilitado datos tanto a la CNMV, como al despacho de abogados que está asesorando desde Londres a los mexicanos, el bufete Hassan & Partners, y no sé por qué razón el regulador lo ha omitido en el hecho relevante", ha llegado a reconocer a este periódico.
Casanova se enfrenta a una situación delicada porque quiere vender a toda costa. tras acumular unas pérdidas de 220 millones de euros con su inversión. Además de los 99 millones de euros que tuvo que desembolsar, el valor de sus acciones en la entidad se eleva a sólo 404 millones, 122 millones menos de los que él desembolsó.
Recuperación
Los títulos experimentaron una breve recuperación después de que el pasado jueves el gratuito Negocio adelantara la noticia de que los inversores mexicanos querían comprar Banco Popular.
C., que curiosamente vendió hace unos meses a este mismo diario el 100 por cien de su empresa Prensa del Sureste, editora de El Faro y Crónica del Sureste, apareció desde el primer momento como el mayor interesado es desprenderse de sus acciones. Él ha sido el único que ha reconocido públicamente ante la CNMV que está negociando la venta de sus títulos, porque todos los demás han desmentido cualquier tipo de contacto.
Los accionistas minoritarios del banco -Ramchand Bhavnami, Americo Amorim y Nicolás Osuna, entre otros-, han negado que estén pensando en vender sus participaciones. El grupo de telecomunicaciones mexicano Axtel, que preside Milmo, ha dicho que no prepara ninguna oferta y la entidad ha asegurado, por su parte, "no tener constancia de la operación".
Casanova no quiere entrar en polémicas, pero insiste en que hay más accionistas que quieren vender. "No voy a decir ya nada más porque ha habido gente que luego lo ha desmentido, pero está claro que no están negociando conmigo sólo", aseguró ayer el constructor.
Y, sin embargo, su intervención ha tenido un efecto limitado sobre la cotización del banco. El miércoles, la entidad que preside Ángel Ron cedió un 2,95 por ciento hasta situarse en 9,53 euros por título. Así, desde el jueves 12-cuando se conoció la negociación-, se revaloriza sólo un 2 por ciento.
Bien es cierto que, en un primer momento, Banco Popular registró fuertes alzas, aunque la volatilidad ha sido la principal constante, a raíz de la persistencia de los rumores acerca de una supuesta operación de compra. Los títulos del banco subieron el martes un 0,5 por ciento en el mercado bursátil, hasta situarse en 9,82 euros, después de desplomarse el lunes más de un 6 por ciento, y de haber acumulado una revalorización superior al 12 por ciento en las dos sesiones anteriores. Casanova debiera vender su paquete a un mínimo de 12,35 euros para que la inversión le resultara rentable.