
Han pasado seis años desde el estallido de la burbuja inmobiliaria y los signos de recuperación empiezan a reflejarse en el balance de las compañías del sector, que en el último año han logrado reducir su deuda con entidades de crédito un 23,4 por ciento.
Las ocho grandes inmobiliarias (Colonial, Quabit, Testa, Martinsa, Reyal Urbis, Renta Corporación, Realia y Montebalito) cerraron el primer semestre del año con un pasivo de 12.575 millones de euros, frente a los 16.419 millones que adeudaban a los bancos en junio del año pasado.
Para alcanzar esta situación, han tenido que afrontar duras reestructuraciones y desprenderse de sus mejores activos a través de ventas o daciones en pago. Aun así, la deuda que arrastran sigue siendo muy grande, pero ahora el panorama es más esperanzador, ya que los indicadores macroeconómicos empiezan a ser positivos, el precio de la vivienda está remontando, la confianza del consumidor crece y España se ha convertido en el foco de inversión de los grandes fondos.
Quabit ha sido una de las compañías que más ha transformado su balance en el último año. Concretamente, la firma presidida por Félix Abánades ha descontado 242,19 millones del volumen adeudado, lo que supone reducir su pasivo un 41,23 por ciento en 12 meses.
Durante la crisis, el grupo ha acometido procesos de duros ajustes. De hecho, su deuda en 2008 superaba los 1.500 millones de euros y ahora asciende a 345,29 millones, con vencimiento en diciembre de 2016. "Después de cuatro procesos de reestructuración financiera hoy se puede afirmar que Quabit es una compañía equilibrada patrimonialmente, que no tiene tensiones financieras a corto plazo", explicó el grupo en su informe de resultados.
Lanzamiento de una socimi
Con el balance saneado, un valor neto contable de 65,6 millones y un patrimonio de 44,88 millones, la compañía asegura ahora que dispone de liquidez para acometer nuevos desarrollos e inversiones. De hecho, el pasado mes de junio anunció que está trabajando en la creación de una socimi, que previsiblemente empezará a cotizar antes de fin de año y con la que esperan captar entre 300 millones y 500 millones de euros que se materializarán en una cartera de activos, principalmente de uso residencial, comercial y oficinas y en menor medida, logístico.
Por su parte, Renta Corporación, que hace poco más de un mes que ha superado el concurso de acreedores en el que entró en marzo de 2013 con una deuda financiera de 161 millones de euros y un 'agujero patrimonial' de 27,5 millones, ha reducido su pasivo un 62 por ciento en un año. Ahora la inmobiliaria arrastra una deuda de 60,32 millones gracias a la dación en pago de los activos que se aprobó al salir del concurso.
Así, el grupo explicó que "los activos adjudicados tienen un valor contable de 93,7 millones y la deuda amortizada es de 98,6 millones, lo cual tiene un resultado positivo en cuenta de pérdidas y ganancias de 4,9 millones".
Por otro lado, Colonial, que fue la primera en demostrar que era posible salir reforzado de la crisis, ha reducido su deuda con la banca un 35,68 por ciento, hasta los 1.662,56 millones.
Colonial apuesta por Realia
La inmobiliaria, que ahora tiene como principales accionistas al Grupo Villar Mir y al fondo soberano de Qatar, está ahora en posición de invertir. De hecho, ha realizado una oferta de 650 millones para quedarse con la parte de Patrimonio de Realia. Esta última es una de las tres inmobiliarias que siguen en números rojos, junto a Reyal Urbis y Martinsa. Además, sus principales accionistas (FCC con el 36,88 por ciento y Bankia, con el 24,95 por ciento) llevan tiempo intentando desprenderse de sus participaciones de control.
Antes del verano, la inmobiliaria recibió varias ofertas entre las que se encontraban la de Fortress, que se ha hecho con una parte importante de la deuda y que actúa de la mano de King Street, Orion Capital y AEW. Según explicaron fuentes financieras a este periódico todas las ofertas siguen en pie y están analizando varias posibilidades.
En medio de este proceso, Realia vendió su participación en la filial francesa SIIC de París por 560 millones, lo que supuso unas minusvalías de 82 millones con respecto a su valor contable. La inmobiliaria hizo esa operación porque necesitaba recortar pasivo y, según los resultados del primer semestre, la deuda del grupo se ha visto reducida en un 40,36 por ciento, hasta los 995,32 millones. Asimismo, cerró junio con unas pérdidas de 18 millones de euros, frente a los números rojos de 27 millones de junio de 2013.
El futuro de Reyal Urbis
Por otro lado, Reyal Urbis sigue en concurso voluntario de acreedores, en el que se mantiene desde el 4 de marzo de 2013. A pesar de ello ha logrado reducir su deuda con entidades de crédito un 23,62% hasta junio, por lo que se sitúa con un pasivo de 3.550 millones.
Sin embargo, el juez concursal está analizando el agujero patrimonial de la inmobiliaria, que según el último informe alcanzaba un déficit patrimonial de 1.700 millones, mientras que los activos sumaban 2.420 millones.
Tanto Reyal como Martinsa, que redujo su deuda un 14% hasta los 4.178 millones, podrán ahora beneficiarse de la nueva Ley Concursal, que el Gobierno ha modificado por sexta vez para dar aire a las empresas del sector.