
Pequeños accionistas afectados por la hecatombe del BES han iniciado una ardua batalla legal en la que intentarán responsabilizar del escándalo financiero al Banco de Portugal, a los auditores y a la antigua administración.
Se cuentan por millares los clientes que habían invertido miles de euros en títulos del BES, muchos de ellos en el último aumento de capital de mayo, ya cuando las deudas ocultas de conglomerados del Grupo Espírito Santo (GES) hacían tambalear los cimientos del tercer mayor banco luso.
Entre los afectados se encuentran como mínimo unos 150 españoles, que se han unido a través de una plataforma social para defender sus intereses.
La ampliación contó con el respaldo de la máxima autoridad en cuestiones bancarias, el Banco de Portugal (BdP), que había avalado a la institución. Un mes y medio después, el BES se desmoronó y el propio BdP decidió que los accionistas perderían su capital al pasar a la parte "mala" del banco, la de los activos irrecuperables. "Hoy parece indiscutible que en el BES se cometieron delitos y quien lo hizo tendrá que ser responsabilizado", dijo a Efe el abogado portugués Carlos Lucena.