Telefónica y Telecom Italia atraviesan momentos complicados tras las últimas maniobras del grupo transalpino en Brasil. Los dos socios se miran ahora con recelo. A grandes rasgos, la estrategia de uno chirría con la del otro. La reunión que la semana pasada mantuvo Marco Patuano, presidente de Telecom Italia, con Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, está generando unos efectos colaterales que inquietan a los analistas. Dicen que dicha cumbre contrarió en el seno de la compañía española.
Diversas fuentes aseguran que Patuano sondeó a la jefa del Ejecutivo Brasileño sobre una posible alianza de TIM Brasil (controlada en el 67% por Telecom Italia) con el operador GVT, propiedad del grupo francés Vivendi, especializado en telefonía fija, acceso a Internet y televisión de pago.
Ese hipotético escenario de fusión en Brasil no se concibe en el horizonte de Telefónica. Los planes de la española van por otro lado. Telefónica, que todavía es el principal accionista en Telecom Italia con una participación indirecta del 9,4%, apoyaría una posible desinversión del operador transalpino en el mayor mercado de telecomunicaciones latinoamericano.
Jugada a tres bandas
Según explican los analistas consultados por este periódico, el escenario preferido por la compañía que preside César Alierta consiste en repartirse TIM Brasil entre los tres grandes del mercado brasileño: Vivo, Oi y Claro. De esa forma, el mercado brasileño de la telefonía móvil -formado actualmente por cuatro jugadores relevantes- quedaría reducido a la terna integrada por la filial de Telefónica, la brasileña participada por Portugal Telecom y la compañía propiedad de Carlos Slim. TIM Brasil sería la gran sacrificada ante la posible segregación de los activos y frecuencias entre sus competidores.
Según pudo saber elEconomista, ese troceo de TIM Brasil entre sus tres competidores se produciría a través de un comisario mercantil, entidad que realizaría dicha oferta en representación de los tres interesados, pero con plena independencia de cada uno de ellos.
Sin embargo, los analistas consideran que la adquisición de TIM Brasil por parte de Vivo, Oi y Claro se encontraría con severos obstáculos en materia de competencia. Por si fuera poco, Oi atravesaría graves dificultades económicas para invertir en dicha operación, y mucho más tras la crisis del Banco Espirito Santo y su impacto en el balance de Portugal Telecom, socio de Oi (ahora con el 25,6%, en vez del 38% que se fijó en el acuerdo de fusión de 2013).
El reparto de TIM Brasil entre sus competidores quedó en suspenso a finales del año pasado en espera de que transcurrieran los dos grandes acontecimientos que entonces acaparaba la atención del país: la celebración del Mundial de Fútbol de Brasil y las elecciones presidenciales, fijadas para el próximo octubre. Sólo después de la convocatoria a las urnas el Gobierno podría disponer de ánimo para analizar cualquier movimiento corporativo en el negocio de las telecomunicaciones.
Y en esas circunstancias, el presidente de Telecom Italia se ha alejado de las líneas estratégicas de Telefónica al asegurar que TIM Brasil concurriría en la licitación de frecuencias de telefonía de 4G, previstas para el próximo septiembre. Así, Patuano detalló que su empresa estaba dispuesta a invertir en Brasil cerca de 1.820 millones de dólares anuales entre 2014 y 2016.
Fuentes conocedoras de la situación apuntan que el Gobierno Italiano apoyaría cualquier movimiento que permitiera a su compañía mantener los activos en Brasil. De hecho, un tercio de los ingresos de su operador de bandera se produce en el gigante latinoamericano.
Asimismo, la agencia Bloomberg informó días atrás sobre la intención del Gobierno italiano de impedir a las compañías estratégicas desprenderse de activos sin el permiso del Ejecutivo transalpino. Dicho filtro también sería un gran escollo para los presuntos intereses de Telefónica de promover la venta de los activos brasileños de Telecom Italia.
Apoyo del regulador
Los analistas vigilan cada leve movimiento de Telefónica y Telecom Italia en Brasil. De esa forma, los expertos de UBS indicaron que la posible alianza de TIM Brasil con GVT contaría con el apoyo del regulador Anatel.
En esa línea, el presidente de Anatel, Carlos Baigorri, explicó la semana pasada a la prensa brasileña que la carrera por las nuevas frecuencias de 4G "animará las fusiones y adquisiciones entre los operadores brasileños", al tiempo que apuntó que "lo más probable es que Anatel apruebe una fusión entre TIM Brasil y la GVT". Esa misma alianza también fue alentada por Marco Fossati, representante de casi el 5 por ciento del capital de Telecom Italia a través de la asociación Asati.
Según datos del pasado junio, Vivo (Telefónica) es el actual líder del mercado brasileño con una cuota de mercado del 28,78 por ciento, por delante de otros dos operadores prácticamente empatados: Claro (América Móvil), con el 26,95 por ciento y TIM Brasil (Telecom Italia), con el 26,91 por ciento. Por su parte, Oi dispone del 18,53 por ciento, pese a ser la compañía que más altas se anotó el pasado junio, con 226.000 nuevos clientes.