
Marca España ha abandonado el proyecto de constitución de una nueva fundación empresarial. La decisión se ha tomado después de que elEconomista destapara el pasado viernes que el Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, estaba pidiendo dinero a las grandes empresas del Ibex para la creación de la denominada Fundación Empresas por España, con la que pretendía obtener recursos financieros.
La fundación estaba promovida por Gerardo Seeliger, fundador de la firma de cazatalentos Seeliger&Conde, de la que ya está sin embargo desvinculado. Junto a InésMurueta-Goyena, directora de la firma Kite Communications y una de las personas que había participado en la candidatura olímpica Madrid 2020, presentó la idea al Alto Comisionado, que mostró inmediatamente su apoyo a la misma con el objetivo de conseguir, según las fuentes consultadas por este periódico, financiación privada ante la falta de presupuesto público para impulsar la imagen del país.
Seeliger confirmó ayer, sin embargo, que el proyecto se ha roto. "Espinosa de los Monteros me ha transmitido ya que la fundación está muerta y yo mismo he desistido también", explicó. En la misma línea, una portavoz oficial de Marca España aseguró ya la pasada semana, una vez que se conoció la noticia, que no se participaría en nada que supusiera tener que pedir dinero.
Auspiciada por el Gobierno
En los documentos que se estaban enviando a las empresas y que se utilizaban en las presentaciones para captar patronos se aseguraba que la fundación estaba "auspiciada por el Gobierno", a través del Alto Comisionado, figurando además el sello de Marca España y definiendo a la fundación como el think tank de la misma.
En principio, los promotores pensaron en contar con diez patronos, con los que cubrir un presupuesto hasta el año 2015 de 2 millones de euros, a razón de 200.000 euros por cada vocalía. Sin embargo, la idea se planteó a muchas más empresas y en algunos documentos, a los que ha tenido acceso este periódico, se aseguraba que se habían conseguido ya 18 acuerdos, algo que no era realidad.
En la lista que figura en estos documentos se cita a Abertis, BBVA, Santander, Popular, Enagás, Seat, Iberdrola, Telefónica, Audi, Volkswagen, OHL, Repsol, Globalia, Caixabank, Mapfre, Audi y la patronal de las grandes constructoras Seopan. La mayoría de estas empresas ha confirmado que, o bien había trasladado ya su negativa a participar, o bien no había dado aún ninguna respuesta.
Pero Marca España pretendía recaudar dinero no sólo con los patronos, sino también con otra figura jurídica, la de los socios de la fundación. Para ello se pretendía contar con compañías como El Corte Inglés, Calidad Pascual, Desigual, Alsa, Room Mate, Osborne, Torres o el Museo Thyssen, entre otras muchas. Seeliger mantiene, sin embargo, que "no hay ningún documento oficial en el que conste el nombre de los patronos porque todavía no estaba decidido quien iba a participar y quien no", insistiendo en que la única que había respondido por ahora de forma negativa era FCC.
Según admite el promotor de la idea, la meta era lograr recursos financieros para promover la Marca España, criticando que "mientras que algunas comunidades autónomas como Catalunya o el País Vasco cuenten con presupuesto para la promoción de sus territorios, no podamos hacer nada similar a nivel nacional".
De hecho, la Fundación Empresas por España, que estaba aún en vías de constitución, ponía como ejemplo en sus presentaciones la iniciativa del Ciaci francés (Comité Interministerial para el Apoyo a Contratos Internacionales) o la política del Reino Unido en la promoción de la imagen de sus empresas por todo el mundo (campaña Great).
Tensiones en el Gobierno
El proyecto para la constitución de esta nueva fundación, ahora descartado, y el hecho de que se estuviera pidiendo dinero a las grandes empresas en nombre del Gobierno, reavivó las tensiones entre el Alto Comisionado de la Marca España y algunos miembros de la Administración central, que intentaron paralizarlo.
De hecho, fuentes oficiales del Ejecutivo insistían en que "en ningún caso el Gobierno está auspiciando nada, tal y como se está trasladando por parte de Marca España", cuestionando seriamente la propuesta de crear una nueva fundación para impulsar la estrategia comercial de las empresas.
La creación precisamente del Alto Comisionado de la Marca España, propuesta por el Ministerio de Asuntos Exteriores, generó ya un profundo enfrentamiento en el seno del Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012, especialmente con el Ministerio de Economía, que no veía clara su utilidad teniendo en cuenta que ya existe el Icex y que las embajadas cuentan con agregados comerciales.
Eso forzó a que la institución pasara a depender finalmente de Presidencia, a través del Consejo de Política Exterior. Con la propia Marca España cuestionada, la constitución de nueva fundación parecía así condenada a morir antes de ver la luz.