Una parte del sistema financiero vuelve a la carga contra la amenaza de la denominada banca en la sobra, aquella que es operada por diferentes agentes, como fondos de inversión y compañías tecnológicas, entre otros.
El presidente de la la patronal bancaria AEB, José María Roldán, alertó ayer de que, si no se controla ni se conoce, podría ser una de las causas de un nuevo crash. "La siguiente crisis no vendrá por la bancos, sino por otros agentes del sector", por lo que reclamó una equiparación en las reglas del juego.
Roldán recordó, en unas jornadas de la Apie, que la crisis iniciada en 2007 se produjo, entre otros motivos, por la exigencia a las entidades de unos niveles de capital bajos, que ahora se han multiplicado por ocho o nueve para evitar otro colapso y que asuman por sí mismas las pérdidas de su negocio.
Se quejó de que a estos nuevos actores no se les está requiriendo iguales condiciones, lo que provoca una situación de arbitraje. Hace un par de días fue el presidente del Popular, Ángel Ron, quien pidió una regulación para estos agentes y cifró en 65 billones los préstamos concedidos por este fenómeno en el mundo, surgido a raíz del cierre del crédito por la banca tradicional.
No es el único riesgo que apuntó Roldán para esta etapa de recuperación de la economía. Entre otros, citó la era de tipos de interés duraderos, que puede provocar burbujas inmobiliarias en algunas regiones europeas; o los constantes cambios regulatorios, que impiden a las entidades planificar su estrategia. Sin embargo, descartó que a corto plazo se vaya a producir una burbuja en España tras el desplome vivido por el sector inmobiliario.
Roldán, por último, se refirió a la polémica suscitada a raíz de la acusación directa de Bruselas al Banco de España sobre su responsabilidad en la crisis del sector. No hizo una defensa a ultranza del papel del supervisor, pero sí reclamó más tiempo para analizar lo sucedido por la complejidad de la situación.