El Ministerio de Fomento asegura ahora que no multará a plataformas de coches compartidos si cumplen la ley. De esta forma matiza la advertencia lanzada ayer con respecto a posibles sanciones por usar plataformas de viajes en coche compartido que ha causado revuelo entre los usuarios de esta modalidad de consumo colaborativo. Con los taxis en pie de guerra contra los nuevos competidores, se plantean interrogantes. ¿Son lo mismo Uber y Blablacar? ¿Me pueden multar por ofrecer o usar estos servicios?
El departamento que dirige Ana Pastor emitió un comunicado en el que recordaba que la vigente Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT) regula estas actividades y que, si se opera al margen de la normativa, se pueden hacer frente a sanciones de hasta 18.000 euros.
Para los usuarios, la multa oscilaría entre los 401 y los 600 euros por infracción muy grave. En el caso de las las empresas o personas que promuevan, oferten o presten estos servicios sin tener la licencia, las multa podría ser de entre 4.001 y 6.000 euros, y llegaría a alcanzar los 18.000 euros en caso de reiteración.
Con la intención de "velar por la seguridad" de los ciudadanos, Fomento aseguraba ayer que vigilará a aquellas plataformas de contratación de servicios de transporte de viajeros en vehículos de turismo particulares, en una clara alusión a Uber y Blablacar.
Las diferencias
A falta de que Fomento detalle las implicaciones de su amenaza y concrete a quién y cómo se aplicarían las citadas sanciones, lo cierto es que Uber y Blablacar no son exactamente lo mismo. ¿Cuál es la principal diferencia? El ánimo de lucro.
Así, conviene diferenciar entre la prestación de un servicio con ánimo de lucro, lo que sería ilegal si se realiza sin licencia, y cuando se trata de una forma de optimizar los recursos y compartir gastos, que sí es legal.
Blablacar, compañía de nacionalidad francesa, especifica claramente en el primer punto de la definición de sus condiciones que el servicio que ofrece, "Compartir Coche", supone que los usuarios efectúen un trayecto "previamente proyectado" por el conductor. Según explica el portal, se publica el viaje en la web con el objetivo de "compartir los gastos asociados al trayecto sin que en ningún caso se produzca ganancia económica para el conductor".
Por su parte, la californiana Uber también se presenta como una aplicación que pone en contacto a usuarios con personas que ofrecen un trayecto en coche. Sin embargo, en su página web se reconoce la posibilidad de obtener ingresos como conductor, al que se presenta como "profesional" con "pasión por su oficio" y que debe cumplir una serie de requisitos para ser aprobado por Uber. Este matiz pondría en duda el aspecto no sancionable de 'sin ánimo de lucro'.
Hay más distinciones entre ambas plataformas. Uber fija una tarifa base que adoptan todos sus conductores, al estilo de los taxis, mientras que en el caso de Blablacar el precio a pagar lo estipula el conductor en cada viaje y en base a sus propios criterios.
En cuanto al dinero abonado, Uber se queda con un 20% del beneficio que logra el conductor, mientras que Blablacar no obtiene por ahora ninguna retribución de lo que pagan los viajeros al propietario del coche. Esto es así en España y por tiempo limitado. En Francia, país de origen de esta web, Blablacar cobra un porcentaje del 10% por trayecto y, según han anunciado, el plan es implantar este método también en España a lo largo de este año.
Barcelona, Madrid, Bruselas, París...
El aviso de Fomento de ayer llega en medio de fuertes protestas del gremio de taxistas y también de los autobuses. Hoy mismo, en la ciudad de Madrid se está llevando a cabo una huelga de 24 horas, una protesta que se produce después de que los paros convocados en Cataluña llevaran a la Generalitat catalana a abrir expediente a Uber.
Pero no es la primera vez que estas empresas reciben una bienvenida similar. En abril, el Tribunal de Comercio de Bruselas ordenó a Uber el cese de sus actividades de vehículos compartidos entre particulares.
A su vez, en París el rechazo de los taxistas a esta aplicación fue tal que el Francia aprobó una normativa ad hoc a principios de este año para imponer un tiempo de espera de 15 minutos a cualquier usuario de esta plataforma y otras similares. Sin embargo, las empresas recurrieron la decisión y los tribunales franceses han aplazado su aplicación durante un año para estudiar el caso.
En Londres se encuentra también bajo vigilancia, después de que las autoridades que regulan el transporte metropolitano establecieran que Uber no incumple la ley que regula el negocio del taxi, al tiempo que solicitaban a la máxima instancia judicial de Reino Unido que se pronuncie sobre el asunto.
Recientemente, la vicepresidenta de la Comisión Europea (CE) y responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, se manifestó al respecto asegurando hay que proteger o ayudar a los pasajeros y no "a un cartel de taxis".
El llamado consumo colaborativo es un fenómeno en alza y son muchas las plataformas que han nacido al calor de la crisis para cubrir las necesidades de los particulares. En materia de transporte, además de Uber y Blablacar hay muchas otras en España y en toda Europa como son Amovens, Lift, Carpooling, Cabify, Hallo o AlloCab.