El exconseller de Economía y Finanzas Antoni Castells (PSC) ha desvelado hoy que el gobierno de la Generalitat sopesó la posibilidad de crear un banco malo catalán que aglutinara los activos tóxicos inmobiliarios de las entidades financieras, aunque finalmente "no fue posible".
Castells, que dirigió la Conselleria de Economía entre 2003 y 2011, ha comparecido hoy en el Parlament para dar su visión de las causas que llevaron a la desaparición del modelo de cajas catalán.
El exconseller ha explicado que desde finales de 2008, cuando la crisis dejó entrever los graves problemas financieros de las cajas de ahorro, la política del Govern fue orientada a "no negar la realidad" y a no esconder el problema de solvencia de las entidades, partiendo de la base que "cuanto antes se actuara, mejor".
El segundo objetivo, según ha dicho, era lograr que, una vez superada la crisis, Cataluña mantuviera su peso financiero y su capacidad de decisión, aún sabiendo que el margen de actuación de la Generalitat era "muy limitado", ya que sólo tenía competencias en dos ámbitos de las cajas: los órganos de gobierno y la obra social.
Aunque la Generalitat trató de impulsar la fusión de las entidades catalanas, Castells considera ahora, visto con perspectiva, que la reacción del Estado fue tardía. "Se actuó tarde, con lentitud y las medidas que se adoptaron costaron mucho ponerlas en marcha", ha apuntado.