
Le ha costado tres años de trabajo interno y de difíciles negociaciones pero, al fin, Juan Rosell está a punto de cumplir uno de los objetivos prioritarios que se marcó a su llegada a la presidencia de la CEE, la reorganización y modernización de la patronal.
Un compromiso que se ha traducido en el adelgazamiento de los órganos de dirección y el relevo de la "vieja guardia" de José María Cuevas y Gerardo Díaz-Ferrán, pero que está costando indemnizaciones millonarias a la patronal, además de un fuerte desgaste a última hora para conseguir el cese de José de la Cavada, el polémico director de Relaciones Laborales, que se resiste a dejar sus funciones y exige el pago de unas cantidades similares a las que se han llevado otros de sus compañeros salientes de la organización empresarial.
Un "blindaje" que gestó el ex secretario general Juan Jiménez Aguilar en forma de plan de pensiones vitalicio, que afectaba a una veintena de directivos de la CEOE, y que les ha permitido abandonar la patronal con indemnizaciones en torno a 300.000 euros de media, y que en el caso del propio Jiménez Aguilar, miembros de la Junta Directiva aseguran que habría superado ampliamente el millón de euros.
1,2 millones de euros
De hecho, el Informe de Auditoría de las cuentas anuales correspondientes al ejercicio de 2012 recoge que la organización incurrió en unos gastos de carácter extraordinario por más de 1,2 millones de euros, "correspondientes principalmente a indemnizaciones por cese de empleados".
En ese mismo informe, y también en el correspondiente a 2011, se hace constar que "la organización tiene contratados dos seguros colectivos de jubilación adaptados a la normativa de compromisos por pensiones". Planes que "se financian mediante pagos a entidades aseguradoras, determinados mediante cálculos actuariales periódicos".
Y, mas adelante, los redactores del informe de auditoría reseñan como "el seguro colectivo de jubilación de una de las pólizas establece que en caso de rescisión de la relación laboral por causa distinta de la jubilación, despido, fallecimiento o invalidez, con anterioridad a alcanzar la edad de jubilación estimada, la Organización tendrá que seguir pagando las aportaciones anuales necesarias para hacer frente al capital garantizado en la edad de jubilación o hacer una aportación única en la fecha de baja para hacer frente al capital garantizado a la fecha de jubilación".
En concreto, de las ocho salidas que se han producido hasta la fecha en la patronal, siete han sido con sueldos fuera de mercado, correspondientes a la etapa de Jiménez Aguilar. No es el caso de la octava baja en la cúpula de CEOE, la del actual secretario de Estado de la Energía, Alberto Nadal, cuya incorporación se produjo bajo la Presidencia de Juan Rosell, con sueldo de mercado y sin estar cubierto por el plan de pensiones vitalicio.
El nuevo organigrama
Tras estas salidas, y a la espera de la inminente de José de la Cavada, que se espera se produzca antes de final de este mes de enero, en CEOE quedan sólo cuatro directores con sueldos estándares y dentro mercado, mientras que otros puestos dirección, especialmente los responsables de área, se han suplido mediante promoción interna en línea con la política de racionalidad y dimensión necesaria tanto en estructura como en retribución salarial que ha implantado Juan Rosell.
Con la jubilación antes de las Navidades del exdirector del área jurídica, Rafael Aldama, el cese de José de la Cavada es el último obstáculo que tiene Rosell para completar unos órganos de dirección rejuvenecidos, más adaptados a las nuevas exigencias de la sociedad y a las demandas de los empresarios y, sobre todo, menos caros.
Precisamente, De la Cavada era uno de los hombres que estaban en el punto de mira del actual presidente de la CEOE desde hace tiempo, especialmente por sus declaraciones extemporáneas, sus discrepancias públicas con algunas políticas diseñadas por la Junta Directiva y por las malas relaciones que mantiene con sus subordinados, que le han llevado a ser demandado dos veces por acoso laboral.
De la Cavada, que accedió a la dirección de CEOE en 2008, de la mano de Gerardo Díaz Ferrán, y fue el artífice de propuestas como la del modelo de contrato sin indemnización por despido para jóvenes, o la de suprimir los cuatro días de permiso que el Estatuto de los Trabajadores concede a los empleados en caso de defunción de un familiar en primer grado, cuando sea necesario desplazarse. Proposiciones que obligaron a desmentidos y rectificaciones de los responsables de la organización empresarial.
Aunque Rosell tiene ya en mente varios nombres para sustituir a De la Cavada, nadie en CEOE quiere hablar de los posibles sustitutos, especialmente porque el responsable de las relaciones laborales es uno de los puestos claves en la cúpula de la patronal al ser el encargado de la negociación colectiva.
Por eso, y a la espera de la salida efectiva de De la Cavada, el resto de las áreas de responsabilidad en la dirección de CEOE se completan con Manuel Echanove, ex director general de Telefónica, al frente del área de Estrategia y Desarrollo; Bernardo Aguilera como coordinador de Economía; Javier Calderón en Formación; Bernardo Soto en Fiscalidad y Edita Pereira en el Servicio de Estudios. Un área esta última que Rosell está interesado en dinamizar y potenciar para difundir los más de 500 documentos que anualmente genera la CEOE.