Los impagos de las empresas atascan las cañerías de la banca y son el primer escollo a la reactivación del crédito por la sangría en provisiones que dicho deterioro lleva asociado. La morosidad total escaló en octubre al 13%, pero cuando se depura la posición con particulares, la realidad es que el 19,84% del importe global concedido al conjunto de las compañías presenta problemas de cobro.
A finales de septiembre, las entidades tenían etiquetados como operaciones dudosas -tres cuotas mínimas sin cobrar- 141.621 millones de euros de los 713.319 millones otorgados a empresas. En las familias, el saldo dañado era menos de un tercio de dicha cifra: 44.846 millones de los 724.319 millones concedidos o el equivalente al 6,19% del crédito vivo pendiente de amortizar, de acuerdo a los datos del Banco de España.
La doble recesión
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria arrasó pronto con empresas ligadas al ladrillo. Pero la doble recesión y un consumo anoréxico prende después en firmas más ligadas al sector servicios cuya capacidad de pago se deteriora aún hoy a pasos forzados.
Los préstamos con cuotas fallidas de comercios, transportes, comunicaciones, hostelería y agricultura crecen más del 50% en un año y van a más. En los nueve meses que transcurren desde el cierre de 2012 a septiembre, la tasa de morosidad en hostelería sube del 16,78 al 21,69%; mientras que en el comercio avanzan del 10,82 al 14,22%; en transporte del 8,23% al 10,27; en industria crece del 9,11 al 12,59%; y en agricultura se desliza del 9,16 al 12,82%.
El peor parado, en todo caso, continúa siendo el sector del ladrillo: el porcentaje repunta en construcción desde el 25,84 al 31,10%; y excede el 33,66% en actividades inmobiliarias.
Las mayores exigencias en provisiones impuestas por Economía y el Banco de España, junto a la revisión de las carteras refinanciadas, han acorazado los balances. Según un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) la industria española está capacitada para encajar pérdidas de hasta 104.000 millones, basándose en un escenario con el 45% de quebrantos en la deuda de empresas.
Con los primeros signos de reactivación económica, el crédito comienza a abrirse de forma selectiva y tímida a empresas, sobre todo grandes y con actividad internacional.
La Asociación Hipotecaria Española (AHE) predice, sin embargo, más restricción en las políticas de concesión de préstamos para actividades inmobiliarias y construcción en 2014 por su riesgo y la necesidad de continuar reduciendo la exposición inmobiliaria.
En familias, en cambio, augura "los primeros signos de reactivación trimestral de nuevo crédito hipotecario". Por vez primera en años, la AHE sostiene que mejorará la disposición a prestar a hogares para comprar casa, porque la banca ha saneado sus balances, se volcará en sacar rentabilidad y se espera una confianza superior de las familias en sus rentas y en la economía para tomar decisiones de inversión.