El modelo de provisiones del sistema financiero español es bueno, sin duda, uno de los mejores del mundo. Por eso, el Banco de España no ha dudado en dar un nuevo puñetazo sobre la mesa para defender su bondad. Y lo hace justo en un momento en el que se ha abierto un intenso debate internacional que critica la rigidez de las normas financieras internacionales -aplicadas en la UE y otros países desde 2005-, que hace que la crisis de las subprime pese como una losa.
El estallido de las hipotecas de alto riesgo se ha llevado por delante de algunas entidades, ha puesto en apuros a otras y ha afectado a un buen número en todo el mundo.
Críticas del Banco de España
El supervisor ha aprovechado el último Informe de Estabilidad Financiera para arremeter contra esa rigidez normativa y sumarse a las voces que postulan cambios.
"Éste parece un momento adecuado para abrir un debate sobre la necesidad de dotar a las IFRS (las normas financieras internacionales) de una mayor flexibilidad [...] para permitir reconocer de forma más temprana pérdidas de valor de los activos que se van a producir en el futuro con una elevada probabilidad", critica en la página 57 del documento del organismo.
Las normas financieras internacionales defienden que se provisione sólo cuando se deterioran los créditos, es decir, cuando afloran los impagos. Y éstos se multiplican en las épocas de vacas flacas, como la actual, lo que afecta a las cuentas de resultados de las entidades.
En contraste a lo que dicta esta normativa mundial, el Banco de España creó hace casi una década, bajo el mandato del gobernador Luis Ángel Rojo, las provisiones genéricas o anticíclicas, sólo en España.
Hucha de provisiones
Estas dotaciones van ligadas al crecimiento del crédito y buscan aprovechar la bonanza del ciclo económico para ir haciendo una hucha ante la llegada de una crisis económica. Las genéricas suponen el grueso del colchón de provisiones -también hay específicas, para los créditos morosos-, que superan los 36.000 millones de euros y cubren, sobradamente, los casi 20.000 millones de créditos dudosos, según los últimos datos del Banco de España.
El supervisor entiende que la nueva normativa acentúa la tendencia de la banca a moverse según el ciclo económico: "Una mayor flexibilidad en las provisiones para insolvencias permitiría disminuir esa prociclicidad y hacer más consistentes las normas contables y la evolución de los riesgos bancarios a lo largo del ciclo", advierte. Aunque no es la primera vez, este toque de atención cobra más dimensión en el actual momento de crisis.
Para no 'dañar' los resultados
Las provisiones anticíclicas tienen dos ventajas claras: "Combaten la morosidad y no afectan tanto a la cuenta de resultados", explica una fuente financiera a elEconomista.
En definitiva, el Banco de España -que permite las preventivas con las denominadas subestándar- defiende que se pueda ir haciendo un colchón con prudencia.