
Fagor Electrodomésticos se encuentra en una situación financiera agónica, que le arrastró ayer a solicitar en un juzgado de lo mercantil de San Sebastián el preconcurso de acreedores. Sin apenas liquidez para seguir operando, la compañía abordará una reestructuración de gran profundidad para poder salvar su marca y alguna de las plantas en el País Vasco.
Según han confirmado fuentes próximas a la empresa, el plan de saneamiento pasará por la venta o cierre de, al menos, 8 de sus 12 sus fábricas, la mayoría en el exterior, y el recorte de más de la mitad de la plantilla, que se quedará en unas 2.000 personas. En estos momentos Fagor tiene 5.642 trabajadores, de las cuales 1.800 personas trabajan en las plantas vascas, y de ellas 1.249 son socios cooperativistas.
"El objetivo es vender o cerrar y liquidar todo lo que no sea rentable para intentar salvar la marca. Fagor no podrá volver nunca a ser la misma", aseguran las fuentes consultadas. La dirección, que reunió ayer a la plantilla para explicarles la gravedad de la situación, está preparando ya un plan de bajas incentivadas y prejubilaciones, aunque se desconoce el número total de empleados a los que afectará el recorte. A los que se queden o sean recolocados en otras sociedades de Mondragón se les pagará un 80% de su salario actual. La empresa cuenta con cuatro fábricas en Francia, una en Marruecos, dos en China y una en Polonia, además de las cinco fábricas vascas.
Según explican las fuentes consultadas, tanto las francesas como la polaca podrían ser las primeras en caer. Antes del preconcurso Fagor ya llegó a una acuerdo con el grupo chino Haier para integrar en una nueva empresa polaca, controlada mayoritariamente por los chinos, la planta que Fagor tiene en la ciudad de Wroclaw (Polonia).

Mondragón se negó a inyectar más dinero
Fagor Electrodomésticos tendrá cuatro meses para poder hacer un nuevo plan de viabilidad y renegociar con sus acreedores, con un pasivo total al cierre del primer semestre de 1.074,2 millones. Pero el tiempo corre en su contra, se está quedando sin liquidez y necesita urgentemente 100 millones para poder seguir operando.
Su problema es que la Corporación Mondragón, en la que está integrada la empresa, no está dispuesta a inyectar más dinero después haberle dado ya 182 millones a través de varios mecanismos (70 millones en un crédito participativo en 2013; créditos de Caja Laboral por otros 39 millones; 55 millones en la compra en 2011 de varias fabricas vascas en las que se mantiene Fagor en régimen de alquiler; y otros 18 millones a través de la sociedad Ascorp canalizados mediante las Aportaciones Financieras Subordinadas).
Fagor Electrodomésticos había pedido esta misma semana a Mondragón 50 millones adicionales, pero la respuesta fue negativa, según admitió ayer la Corporación, porque las cooperativas están "al límite de sus capacidades" y realizar ese "esfuerzo adicional" tampoco iba a ser "la solución definitiva", ya que además podría arrastrar al resto de sociedades y poner en riesgo a todo el grupo. Fagor cerró el primer semestre con unas pérdidas de 60,46 millones, que se suman a los 89,9 millones de 2012.
Fagor entró en números rojos en 2009. Desde ese ejercicio acumula unas pérdidas de 145,5 millones de euros. Pero lo peor quizás es que sus ventas no paran de caer. Desde que se inició la crisis hace ya seis años, su facturación se ha desplomado un 46,65 por ciento. En 2007 el grupo alcanzó una facturación de 10.067 millones y los ingresos el año pasado fueron de 5.673 millones.
La propia Corporación no pasa por sus mejores momentos, como lo evidencia el hecho de que, por primera vez, en el ejercicio 2012 no ha dado a conocer los resultados. Pero a todas luces esto evidencia que el balance no fue bueno, sobre todo teniendo en cuenta que las principales grandes enseñas de la Corporación estaban al cierre del último ejercicio en números rojos. Además de Fagor, Eroski perdió por ejemplo 121 millones.
Urkullu también dice que no
Y tampoco está dispuesto a poner más dinero el Gobierno vasco, que este año ya había concedido 30 millones a través de créditos participativos de las sociedades de capital riesgo Socade y Ekarpen, esta última participada por Kutxabank.
El Ejecutivo que preside Iñigo Urkullu mostró ayer su malestar con Mondragón y con Fagor por haber optado por la opción más extrema, la presentación del preconsuso de una de las compañías estrella de la industria vasca. El portavoz Josu Erkoreka ha pedido hoy que se decanten por la viabilidad en vez de por la liquidación.
Vitoria aboga por una "reestructuración ordenada" de la compañía y sus áreas de negocio rentables, para lo cual el Ejecutivo autonómico hará "todo lo posible" para ayudar en su viabilidad y minimizar el impacto económico.