El expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, ha acusado esta mañana al auditor de la compañía, BDO, de estar al tanto de la situación de la empresa y de las maniobras contables, que según ha admitido se llevaban realizando desde, al menos, el año 2007.
Fernández de Sousa, imputado por falsear las cuentas y usar información privilegida, lleva prestando declaración ante el magistrado Pablo Ruz, titular del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, a la que ha acudido también su hijo Pablo Fernández, desde las nueve y media de la mañana.
En su declaración, el expresidente de la pesquera ha insistido además en que la banca también conocía los compromisos reales, que se elevaban a 3.500 millones frente a los 1.500 millones de euros declarados a la CNMV.
Tras un descanso para comer, según han confirmado fuentes jurídicas relacionadas con el caso Fernández de Sousa tendrá que responder esta tarde a las preguntas de los abogados que representan a los accionistas minoritarios, los primeros que presentaron la querella contra el directivo, a la que luego se sumaron la cervecera catalana Damm y el fondo luxemburgués Luxempart.
Joaquín Yvancos, abogado de la Plataforma de Afectados por Pescanova, pedirá prisión eludible bajo fianza para Fernández de Souda.
Sousa declara ante la Audiencia Nacional
