
La compañía canadiense inicia una nueva etapa en manos del fondo Farifax. Acuciado por las pérdidas, los despidos y la pérdida de valor, el fabricante se aferra a la histórica calidad de sus máquinas y de su software.
Quien tenga en su bolsillo una blackBerry posiblemente coincida en que se trata de una máquina fabulosa, robusta, fiable, segura, aguerrida y rápida. Hasta hace muy poco, era lo mejor que se podía tener para mensajería instantánea. Los elogios de la marca era unánimes durante lustros. La BlackBerry es una compañera eficaz para el negocio y para el ocio, pero su legendario ciclo parece que ha tocado suelo. Los dispositivos Android y de la familia de iPhone han crecido a un ritmo vertiginoso, en detrimento de Nokia y BlackBerry, principalmente. Entre otros grandes pecados, la firma canadiense infravaloró la pujanza de las pantallas táctiles y de las aplicaciones móviles.
Pese a ello, los fieles a la enseña se aferran a las virtudes de la familia y se resisten a caer en brazos de otras plataformas... aunque estos cada vez son los menos.
Las cosas no funcionaban todo que cabía esperar de un viejo rockero, estandarte de la telefonía móvil y bandera de la innovación durante décadas. El negocio de empresas y corporativo, nicho de BlackBerry, dejó hace mucho de ser feudo de la compañía. El rey de la mensajería instantánea, gracias a la potencia de BlackBerry Messenger (BBM), perdió su corona en favor de WhatsApp, Line, WeChat, Kik y otras herramientas abiertas a los principales sistemas operativos. A través de BBM se envían unos 10.000 millones de mensajes al día, tres veces menos que con WhatsApp. Para revertir la situación, BlackBerry abrirá en los próximos días su plataforma para los móviles con Android y iPhone, después de cancelarlo sorpresivamente hace dos semanas pasada.
Las comparaciones en la multinacional resultan ahora odiosas. Uno de cada dos teléfonos inteligentes (smartphones) que se vendían en EEUU en 2009 llevaban el logotipo de BlackBerry, y ahora sólo lo lucen dos de cada cien.
La evolución en bolsa sólo propinaba disgustos y el malestar entre los trabajadores se hizo patente con el anuncio de recorte de 4.500 empleos, en 40 por ciento de la plantilla. El impacto laboral resulta extraordinariamente sensible en Canadá, ya que los despidos castigan la economía de Ontario, con un efecto dominó sobre las empresas locales. También podría deshacerse de parte de sus inmuebles.
Números rojos
Durante el segundo trimestre del año, el fabricante sufrió unas pérdidas netas de 713 millones de euros, un 310,6 por ciento más que los 174 millones de euros que perdió en el mismo periodo de su anterior ejercicio fiscal. Asimismo, la facturación se desplomó el 45 por ciento en el mismo periodo hasta los 1.573 millones de dólares (1.162 millones de euros).
En el último ránking de marcas con más atractivo (CoolBrands), elaborada tras reunir opiniones de 3.000 consumidores y 38 expertos, mostró que BlackBerry había caído al número 180 en el ranking de las marcas más atractivas en Reino Unido, tras aparecer en el cuarto lugar hace apenas tres años", según informa Reuters.
En ese entorno adverso, BlackBerry se encontró en una espiral de pérdida de valor que se puso en evidencia a finales de septiembre, cuando trascendió el interés del fondo Fairfax Financial Holdings, principal accionista de la empresa con el 10 por ciento, por un total de 4.700 millones de dólares (cerca de 3.480 millones de euros). Esa cifra viene a ser 17 veces inferior a la valoración de la empresa que disponía cinco años atrás, cuando superaba los 80.000 millones de dólares.
En el caso concreto de la oferta de Fairfax, la firma financiera ofreció 9 dólares por acción de BlackBerry, en una operación condicionada a la adquisición de nuevas fuentes de financiación para culminar la compra, que podría venir de Bank of America o BMO Capital. Los nuevos dueños tienen mucho trabajo por delante ya que sólo mostró cierta receptividad el Fondo de Pensiones de Maestros de Ontario y el fondo Cerberus.
Etapa incierta en la empresa
El paso al frente de Farifax permite abrir una nueva etapa en la empresa. Así lo indicó Prem Watsa, primer ejecutivo del fondo, al prometer aportar valor a los accionistas y continuar la ejecución de una estrategia a largo plazo.
Los inversores han fijado para mediados de marzo el plazo para cerrar la entrada de nuevos socios. En ese tiempo, Mike Lazaridis, co-fundador de la empresa, podría recapacitar y elevar su actual participación del 5,7 por ciento para convertir en el salvador de la empresa. Pero todo eso está en el aire.
No es la primera vez que BlackBerry realiza un volantazo para encontrar el camino más favorable. Desde mediados del año pasado, cuando las tendencias de consumo apuntaban cierto declive de los productos de BlackBerry, la compañía canadiense supo reinventarse. Incluso cambió el nombre de su compañía (Reserch In Motion, RIM) por el de su marca.
El pasado enero lanzó un sistema operativo que ha supuesto una auténtica revolución, donde los gestores de la empresa tuvieron el coraje de borrar todo lo anterior y empezar a construir desde cero, desde los cimientos. O casi.
A finales del pasado enero, Blackberry presentó las credenciales de su nuevo sistema operativo, el mismo que habita en los terminales Z10 y Q10. Se trata de una plataforma rupturista que apuesta por la velocidad y la eficacia en el uso simultáneo de varias tareas. Posiblemente, la tecnología QNX que acoge BlackBerry es la más poderosa del mercado en su segmento, la que mejor optimiza los recursos de los dispositivos para las demandas presentes y futuras de los usuarios. BlackBerry compró 14 empresas para fortalecer su sistema operativo con tecnología más audaz del momento.
Compra de proveedores
En diciembre de 2008 hizo suyo el desarrollador de aplicaciones push Chalk Media y al año siguiente hizo lo propio con el estudio de software Torch Mobile. El curso 2010 fue especialmente activo en adquisiciones con la integración del desarrollador Viigo, la referida QNK, la californiana Cellmania, la sueca TAT y la firma propietaria de la suite Documents To Go, Data Viz.
Durante los últimos años, el trabajo de los ingenieros de BlackBerry ha sido sobresaliente... pero parece que sus esfuerzos no han sido suficientes para determinar las preferencias de compra. En el segundo trimestre de su año fiscal, la empresa vendió un total de 5,9 millones de dispositivos móviles, de los que la mayoría corresponden al modelo BlackBerry 7 en lugar de la gama BlackBerry 10, de mayor valor añadido.
La apuesta por el estándar HMTL5 pretendía impulsar la proliferación de aplicaciones compatibles con el lenguaje rey de Internet. El objetivo consistía en hacerlo muy fácil para los desarrolladores, conscientes de que buena parte del éxito de BlackBerry 10 (BB10) estaba en sus manos.
Por lo pronto, todos los programas diseñados para Android pueden migrar cómodamente a BB10, con pocas horas de adaptación, pero ni con esas. La asignatura de las aplicaciones sigue pendiente en la compañía, justo lo contrario que en Apple (iOS) y Google (Android). Ya no basta con tener las principales referencias, sino que los consumidores demandan programas a la medida de sus aficiones y gustos. Incluso cabeceras como The Times and y The Sunday Times retiraron esta semana sus aplicaciones de la tienda de BlackBerry ante las exigüas ventas cosechadas.
BlackBerry cuenta con 120.000 aplicaciones, pero entre ellas faltan Instagram, Candy Crush o Google Maps, entre otras.
La plataforma Firefox, promovida por Telefónica y otros grandes operadores de telecomunicaciones, ha tomado buena nota de las debilidades de sus rivales, entre ellos BlackBerry, para no caer en las mismas. De esa forma, estos días negocia la incorporación de WhatsApp en su sistema, cuya ausencia resiente la aceptación de sus móviles entre los usuarios.