
En paralelo, la caja también vendería una parte del 12,5% que tiene en la empresa de Brufau. Pemex pierde 3.000 millones en el semestre con la debilidad económica y la bajada del crudo.
La probable salida de Repsol del capital de Gas Natural Fenosa no será un divorcio entre la petrolera y La Caixa, el primer accionista de la gasista. Las dos partes han acordado que sea una separación amistosa y que genere el mayor beneficio para las dos partes. El viernes, el consejero delegado de CaixaBank y consejero de Repsol, Juan María Nin, ratificó su voluntad de negociación y aseguró que "compartimos las declaraciones de Repsol" respecto a su voluntad de abandonar Gas Natural Fenosa.
"En nuestra opinión en este momento no hay nada, pero si este proceso se tiene que estudiar se estudiará", aceptó Nin. Eso sí, "las decisiones de Repsol se toman en el consejo de Repsol" y no en otro sitio, sentenció.
CaixaBank es el primer accionista de Repsol, con el 12,9 por ciento del capital, pero el actual presidente de la petrolera, Antonio Brufau, (que en su día fue nombrado a propuesta de La Caixa) tiene una alta capacidad de gestión gracias a que cuenta con el apoyo de los consejeros independientes. Estos equilibrios de poder favorecen una salida negociada entre las dos partes.
Una empresa clave para Fainé
El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, sigue considerando a Gas Natural Fenosa como una empresa estratégica para su grupo industrial y para Cataluña. Su intención es mantenerse como primer accionista de la gasista con un 34 por ciento de las acciones, paquete que le garantiza el control de la gestión. Sin embargo, Fainé no quiere incrementar la participación, por lo que, junto a Antonio Brufau deberán buscar compradores para el 30 por ciento de Gas Natural en manos de Repsol. La premisa es que ese importante paquete accionarial no caiga en manos de algún comprador que pueda suponer alguna amenaza para La Caixa y para la independencia de gestión de la gasista.
Fuentes del sector señalan que Fainé y Brufau ya han planteado diversas posiblidades, pero que la opción que tiene más probabilidades es la venta del 30 por ciento de Gas Natural en manos de Repsol a tercios. Un 10 por ciento sería colocado por Repsol directamente en bolsa, mientras que el restante 20 por ciento se vendería a partes iguales a dos inversores insitucionales amigos que adquirirían un 10 por ciento cada uno. Con esta solución, La Caixa se garantizaría el control de la gestión de Gas Natural Fenosa.
Esta solución es muy similar a la que La Caixa adoptó en Abertis cuando Florentino Pérez (ACS) decidió abandonar la concesionaria de autopistas por sus problemas de liquidez. En aquella ocasión, Pérez, apremiado por las necesidades financeras, vendió su participación a la firma de capital riesgo CVC Capital Partners, un socio incómodo para La Caixa que poco a poco ha ido diluyendo su peso en el capital gracias a la entrada de nuevos socios que han llegado a Abertis de la mano de la caja.
En el caso de Gas Natural Fenosa, el objetivo de La Caixa es tutelar la venta del 30 por ciento en manos de Repsol. Esta solución quizá sería algo más lenta, lo que podría topar con los intereses de Brufau de generar plusvalías con una cierta celeridad. La petrolera calcula que acumula en su participación en Gas Natural Fenosa unas plusvalías latentes de más de 2.900 millones.
Reducir el paquete en Repsol
De cualquier modo, la salida de Repsol del capital de Gas Natural no es la opción preferida por La Caixa. La intención de la entidad era que tanto la caja como la petrolera redujeran en paralelo su participacicón en la gasista hasta dejarlas entre el 15 y el 20 por ciento cada uno. De esta forma, ambos socios mantenían el control, lograban liquidez y generaban plusvalías, algo que CaixaBank también necesita para cubrir las enormes provisiones que debe hacer para afrontar las altas tasas de morosidad.
Sin embargo, la voluntad del equipo que encabeza Brufau es salir completamente del capital de Gas Natural Fenosa una vez que Repsol ha vendido todos sus activos de gas natural licuado (GNL) a Shell, lo que ya no le permite hacer negocio y generar sinergias con la gasista.
En esta nueva coyuntura, CaixaBank podría plantearse también vender una parte de su 12,9 por ciento de Repsol para hacer caja. La intención del banco sería mantenerse dentro del consejo de administración de la petrolera, pero con una participación más baja, lo que, además, le supondría un menor consumo de capital, en línea con las recomendaciones de la nueva legislación bancaria de Basilea III.
De hecho, originalmente, la presencia de La Caixa en el capital de Repsol como primer accionista tenía como objetivo prioritario garantizar el mantenimiento del acuerdo entre las dos compañias para poseer entre ambas más del 50 por ciento de capital de Gas Natural Fenosa.