Empresas y finanzas

La banca pasa página a la crisis tras el 'annus horribilis' por el ladrillo

Los principales banqueros lanzan señales de optimismo y fijan la recuperación en 2014. Los seis grupos cotizados, salvo Bankia, ganaron el ejercicio pasado un 835 menos.

La banca española ha dejado atrás uno de los peores años de su historia debido a la crisis económica y al esfuerzo en saneamientos derivado de los reales decretos impulsados por el ministro de Economía, Luis de Guindos. Los principales banqueros ven el futuro con mayor optimismo por distintos motivos y apuntan hacia una progresiva recuperación. Todos ellos sostienen que a finales de este año se producirá un cambio de tendencia en la economía y que 2014 será el ejercicio en que se consolide la mejoría en el repunte del Producto Interior Bruto (PIB).

Los máximos responsables del Santander, BBVA, Sabadell, Popular, Caixabank y Bankinter han coincidido en los últimos días en lanzar un mensaje de optimismo, aunque todos ellos han recalcado que no hay que bajar la guardia y proseguir en las reformas estructurales, porque el peligro de una recaída está latente.

En los discursos de Botín, González, Oliu, Ron, Fainé y Dancausa hay aspectos coincidentes, como el aumento de la confianza por parte de los mercados, la bajada del déficit fiscal, la confirmación del mantenimiento del euro y datos positivos como el superávit en la balanza comercial de nuestro país.

A pesar de todas estos indicadores, que enfocan hacia el final del túnel, ninguno de ellos ha lanzado las campanas al vuelo. Los riesgos existen y, según sus cálculos, el paro continuará escalando en los próximos trimestres, con lo que la morosidad seguirá con su tendencia alcista.

"Hay signos de un cambio de ciclo económico", indicó el jueves Botín. Ayer González aventuraba un "punto de inflexión a finales de este año", mientras que Ron aseguraba que "todos los indicados apuntan hacia una recuperación en 2014 después de que hayamos dejado atrás lo peor de la crisis".

Estas declaraciones son en sí un halo de esperanza y un síntoma para la paulatina restauración de la normalidad, que los bancos confían en sea total en 2015. Será entonces cuando su cuenta de resultados y la actividad bancaria restablezca el pulso perdido en 2008, tras el estallido de la crisis.

El año pasado las seis entidades que cotizan en bolsa, a excepción de Bankia, han reducido un 83 por ciento su beneficio neto, como consecuencia de los esfuerzos en provisiones para limpiar sus balances de la exposición inmobiliaria.

Este saneamiento y las reformas emprendidas por el Gobierno han provocado una cierta relajación de la prima de riesgo y de la visión que tienen los inversores del conjunto del país y de la situación del sistema financiero.

La reestructuración del sector se ha enfilado y podría estar finalizada, o terminada en su práctica totalidad, a finales de 2013. Las principales entidades han podido en enero volver a los mercados para financiarse con distintas emisiones de bonos y cédulas hipotecarias, y han podido devolver anticipadamente al BCE préstamos por importe de 44.500 millones.

"La sensaciones han cambiado sustancialmente, aunque todavía las condiciones para la actividad bancaria seguirán siendo complejas en el corto plazo", indica un banquero. La morosidad, que se encuentra en máximos históricos, se elevará de nuevo en los próximos meses. No tocará techo hasta que el paro -que es la peor tragedia- empiece a descender.

Bases para el crecimiento

Todos los ejecutivos de los principales bancos sostienen que se han puesto las bases para que el desempleo pueda bajar en el medio plazo. El presidente de BBVA indicó ayer que sin la reforma laboral el número de parados habría sido superior y consideraba que gracias a ella los costes salariales habían bajado, hecho que hacía más competitiva la economía española.

Cuando todos los deberes estén hechos será el momento de cantar victoria y, según González, "España será un ejemplo en Europa por las reformas emprendidas" y "será percibida desde el exterior -como país hacia delante".

Como el resto de sectores, públicos y privados, la banca ha purgado sus excesos del boom en 2012, lo que ha bloqueado la concesión de créditos. Los préstamos han sufrido la mayor caída desde hace más de cincuenta años. Las dotaciones para provisionar la exposición inmobiliaria han menguado las ganancias de los seis grupos cotizados a mínimos de 1.840 millones. El Popular, incluso, ha entrado en pérdidas por el esfuerzo derivado de los test de estrés de Oliver Wyman. Banesto, filial del Santander en proceso de fusión, también ha registrado números rojos, de 955 millones.

Pero las provisiones no han sido el único factor determinante para la cuenta de resultados. El coste de financiación, debido a la guerra del pasivo y baja actividad, han limitado la capacidad de generación de ingresos, que sólo han sido compensado por las absorciones de otras entidades.

Robo de depósitos

La guerra del pasivo, a pesar del coste, ha tenido efectos positivos. Las entidades sanas han logrado arañar clientes y cuota de mercado en el colectivo de empresas y particulares. Se han aprovechado de la crisis padecida por las cajas de ahorros y, salvo Caixabank, han mejorado el saldo de recursos en balance. El caso más claro ha sido el del Santander, con más de 22.000 millones de euros. El Sabadell, por su parte, ha incrementado está rúbrica en más de 5.000 millones sin tener en cuenta el efecto de la incorporación de CAM, y el Popular, más de 1.300 millones sin el impacto de Banco Pastor.

Esta captación les ha permitido reequilibrar su estructura de financiación y poder hacer frente a la deuda pendiente. Además, les ha facilitado reembolsar parte del dinero solicitado el año pasado al BCE en las subastas extraordinarias. De hecho las seis entidades cotizadas son las únicas españolas que han devuelto parte de los dispuesto por el organismo monetario. Preparan, además, otra ronda de aportación anticipada en la ventanilla que se abrirá este mismo mes.

A partir de ahora, si el mercado lo respeta, las entidades serán más cuidadosas en los costes de financieras. De momento, a petición del Banco de España, han reducido drásticamente los tipos que ofrecían por los depósitos a través de la red de sucursales.

Las entidades también estarán atentas a posibles cambios normativos, una de las lacras de los últimos años. En el foco se encuentra las modificaciones en la ley hipotecaria que planea el Gobierno. "Espero que estos sean excepcionales y transitorios", advirtió Botín.

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