
Las entidades auguran, al menos, otro año de congelación de la financiación a las pequeñas empresas.
La liquidez llega a las grandes empresas, vía mercado mayorista. Pero para las pequeñas y medianas empresas el flujo del dinero continúa bloqueado. La única firma que tienen para financiarse es acudir a la banca y ésta no está muy por la labor de conceder préstamos.
Los créditos a las pymes se han desplomado durante los años de la crisis un 66 por ciento. Desde 2007, los fondos prestados por el sector financiero a las pymes han caído de los casi 400.000 millones a los 134.000 millones con importes inferiores al millón.
El descenso, si bien, se ha moderado desde el hundimiento histórico de 2009, cuando los préstamos nuevos cayeron casi un 30 por ciento. En los once primeros meses del pasado ejercicio la variación interanual supone un retroceso del 15 por ciento.
Los datos incluyen el volumen de préstamos refinanciados, que son los más habituales. Las entidades ofrecen a las empresas este tipo de operaciones para darles oxígeno ante la escasez de ingresos por la falta de actividad económica y las facturas impagadas, en casos por parte de la administración.
El sector augura que los créditos a las pymes continuarán a la baja, al menos, hasta que se produzca una recuperación de la economía en nuestro país. Ésta, según distintas casas de análisis, no se iniciará hasta 2014.
La banca admite una restricción de los préstamos, pero defiende que concede créditos a los clientes solventes porque su negocio es dar préstamos. Eso sí, ha endurecido las condiciones de acceso, con lo que los niveles de solvencia han subido. El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, reclamó recientemente a las pymes a capitalizarse antes de acudir a una oficina bancaria a pedir financiación. De esta manera, obtendría dinero para desarrollar sus proyectos.
Rechazo en aumento
Una encuesta realizada por las Cámaras de Comercio refleja la difícil situación por la que atraviesan las pequeñas. Una cuarta parte de las que ha solicitado un préstamo no lo ha conseguido por el rechazo de la banca.
Entre las mayores exigencias de las entidades a las pequeñas empresas, como a las grandes y a los hogares, se encuentra un aumento de los diferenciales en los tipos de interés. Según los datos del Banco de España. Éstos se han incrementado hasta 4,5 puntos sobre el euribor, con lo que el interés medio, sin incluir comisiones, supera el 5 por ciento.
El Banco de España certifica en su último informe de estabilidad financiera las condiciones más estrictas que exigen las entidades en sus créditos nuevos.
La subida de la morosidad, además del constante cambio de regulación que eleva al sector los ratios de capital, ha llevado a la banca a ir endureciendo progresivamente los criterios de concesión. El temor actual de las entidades es que las insolvencias en las pymes se disparen y sigan los pasos de las compañías promotoras. En 2012 han percibido un ascenso de créditos dudosos por parte de pequeñas empresas y autónomos, cuya situación les impide hacer frente a sus compromisos de pago. La morosidad en el sector empresarial, excluido el colectivo relacionado con el ladrillo, sobrepasa ya el 8 por ciento, en buena parte por la influencia de las pymes.
Este temor ha impulsado a algunas entidades a reforzar sus niveles de cobertura para esta financiación, como Bankia y el Popular, para evitar sustos en el futuro.
El menor volumen de préstamos obedece también a la petición más reducida por parte de las compañías. La bajada de la actividad, unido a la destrucción de muchas firmas, conlleva una bajada en la solicitud de los créditos.
Así, la encuesta realizada por la Cámara de Comercio refleja cómo el número de pymes que han intentado buscar financiación ha disminuido casi a la mitad en el último ejercicio. Ahora sólo el 27,7 por ciento ha reclamado dinero.
La banca y los expertos coinciden en señalar que todavía queda un largo periodo para que las empresas concluyan su proceso de desapalancamiento (reducción del endeudamiento excesivo).
Reducción de deuda excesiva
Un informe de La Caixa deja claro que este proceso está siendo más intenso en las pequeñas empresas que en las grandes en los últimos años debido al "mayor deterioro de sus resultados". Esto, explica, "se ha traducido en aumentos importantes de su carga financiera pese al entorno de tipos bajos y probablemente en la desaparición de las más débiles".
En la actualidad hay menos sectores sobreendeudados en España que en la Unión Europea. El informe, no obstante, asegura que aún hay recorrido para algunos de ellos, como las compañías manufactureras y el comercio, "que deben ser capaces de aprovechar las economías de escala para ganar rentabilidad y, de este modo, reducir la carga financiera".
Los créditos a las pequeñas se han desplomado más que en las grandes compañías. Durante la crisis, el dinero destinado a estas últimas por parte de la banca se contrajo un 48 por ciento, de casi 600.000 millones de euros a poco más de 300.000 millones.
La moderación de la caída, además, es superior. En los nueve primeros meses de 2012 apenas bajó un 0,1 por ciento, lo que augura que para cierre de año o para 2013 comience a recuperarse, después de haber diminuido en 2010 y 2011 más de un 20 por ciento.
Las grandes empresas, principalmente las que pertenecen al Ibex 35, cuentan con otros canales para encontrar financiación, como es el caso del mercado mayorista de deuda, en el que pueden conseguir importantes cantidades de recursos siempre y cuando los inversores muestren confianza. En 2012, el mercado ha estado prácticamente bloqueado.