Tras anunciar la absorción de Banesto y Banif, la entidad que preside Emilio Botín ya adelantó que la operación conllevaría el cierre de 700 oficinas y una reducción de personal. Las bajas, que según explicó el propio banco no serán traumáticas, se situará en torno a los 3.000 trabajadores.
Así lo han asegurado fuentes de la entidad al diario Cinco Días, que han añadido que el plan con el que trabaja Banco Santander prevé realizar el ajuste de personal en un máximo de tres años, aunque esperan poder completarlo en dos años.
Las citadas fuentes añaden que el próximo 9 de enero darán comienzo las negociaciones con los sindicatos para definir los detalles del redimensionamiento del banco. En este sentido, insisten en las líneas de actuación "no traumáticas" anticipadas cuando se anunció la operación. Esto es, que la disminución del número de empleados se producirá de manera progresiva mediante las bajas incentivadas, la recolocación en otras unidades del grupo, tanto en España como en el extranjero, y la rotación natural de plantillas.
Así, el rotativo destaca que tanto desde el banco como desde las agrupaciones sindicales descartan que se vaya que recurrir a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para alcanzar las 3.000 bajas, que según Comfia-CCOO es la cifra más probable. Otras fuentes sindicales apuntan a una horquilla de entre 3.000 y 4.000 salidas.
La reducción de personal es parte del plan de optimización de la red de cara a la absorción de Banesto y Banif, que implicará también el cierre de unas 700 oficinas de las 4.664 que suman actualmente los tres bancos. Según los cálculos del grupo financiero, su cuota de mercado de oficinas en España pasará del 10% que tenía en 2008 al 13% en 2015, ya que la reducción de oficinas prevista es muy inferior a la que se está produciendo en el sector.
Banco Santander estima que a finales de 2015 el número total de oficinas del sistema financiero español será de unas 30.000, lo que supone el cierre de 16.000 sucursales en ocho años, con una reducción del 35%.