
ERICSSON
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El lunes fue Siemens quien revisó a la baja sus previsiones de beneficios para el primer trimestre de este año. Y hoy han sido Sony Ericsson y EasyJet los que han advertido al mercado de que sus resultados pueden ser peores de lo esperado. La compañía de teléfonos móviles alega una desaceleración del mercado y la aerolínea culpa al encarecimiento del combustible.
Sony Ericsson Mobile ha lanzado hoy una advertencia sobre sus resultados del primer trimestre que publicará el 23 de abril, periodo que espera cerrar con un beneficio antes de impuestos de 150-200 millones de euros, frente a los 362 millones del mismo periodo del año anterior.
El fabricante de móviles sueco-japonés señala que las ventas caerán respecto al primer trimestre de 2007, cuando alcanzaron una cifra de 2.930 millones de euros. La empresa prevé entregar unos 22 millones de móviles en los primeros tres meses del año a un precio medio de venta de 120 euros. Sony Ericsson explica que la caída de la facturación es debido a una desaceleración del mercado de móviles de gama media-alta en mercados en los que el grupo tiene fuerte presencia.
En el cuarto trimestre, la empresa comercializó 30,8 millones de teléfonos a un precio medio de 123 euros y el beneficio antes de impuestos fue de 373 millones.
Por otra parte, gastará más en I+D de lo inicialmente previsto aunque espera que el margen bruto no varíe demasiado respecto al año anterior, indicó en un comunicado.
Las subidas del petróleo pesan
EasyJet también ha alertado sobre el impacto que tendrá sobre su beneficio antes de impuestos anual el encarecimiento del combustible con un coste adicional del keroseno en el segundo semestre estimado en 45 millones de libras esterlinas (57 millones de euros).
La aerolínea con sede en el aeropuerto londinense de Luton señala que, de acuerdo con sus estimaciones, la demanda por pasajeros es ligeramente superior a la registrada el pasado año por lo que espera ofrecer cifras en el primer semestre en línea con sus expectativas.
Easyjet recalca así que es poco probable que tal incremento del coste del carburante de forma inmediata pueda compensarse con una mejora de ingresos o la introducción de medidas destinadas a controlar el gasto.