Empresas y finanzas

Diamond comparece hoy ante el Parlamento británico: el escándalo de Barclays salpica al BoE

  • La alteración de los tipos de interés arrasa con la cúpula del banco británico
El ya exconsejero delegado de Barclays, Bob Diamond. Foto: Archivo

El golpe de efecto de Bob Diamond al dimitir como consejero delegado de Barclays abre un nuevo capítulo en el escándalo de la manipulación del libor. Aunque su formato aún está por determinar, la comisión ordenada por David Cameron habría sido precisamente uno de los detonantes de la decisión de Diamond, reacio al escrutinio constante del Parlamento y a la presión que éste podría generar sobre los accionistas. ¿Es Barclays un caso aislado? El escándalo libor podría salpicar a más entidades.

La presión por la cabeza de Diamante Bob ha dado paso a una batalla velada con las autoridades, ya que el banco ha decidido abrir la caja de Pandora de una red con tentáculos que llegarían hasta la cúpula del Banco de Inglaterra y del regulador financiero.

Y es que las mismas entidades, cuya intervención habrían acelerado la salida de un inicialmente reacio a dimitir Diamond, habrían jugado su papel en la alteración del préstamo interbancario.

Así, en esta jornada, sin la presión del cargo, el ya exconsejero delegado puede tomarse la revancha, puesto que uno de los elementos fundamentales de su prevista comparecencia en la influyente Comisión del Tesoro del Parlamento serán sus conversaciones con los responsables del banco central y del regulador.

Una salida accidentada

A este respecto, la compañía a la que se había incorporado hace 16 años comenzó a última hora de ayer a preparar el terreno. Barclays publicó unos documentos que revelan cómo en 2008, el actual vicegobernador del Banco de Inglaterra habría evaluado con Diamond la manipulación del libor que, cuatro años después, le ha costado a la entidad una multa de 290 millones de libras (385 millones de euros, aproximadamente).

La marcha del consejero delegado se producía una jornada después del anuncio de la renuncia del presidente del banco, lo que deja un complicado vacío de poder en uno de los principales grupos financieros británicos.

Pese a anunciar que se iba el lunes, Marcus Agius, sin experiencia en la gestión diaria de una organización de las dimensiones de Barclays, queda ahora como responsable del timón de una entidad seriamente dañada por una polémica que sigue siendo investigada a ambos lados del Atlántico y que pronto será estudiada en casa.

Por entonces el ahora exconsejero dirigía la rama de inversión y, al comunicar su conversación telefónica a, entre otros, el jefe de operaciones, éste pasó el mensaje a la plantilla: el interés del préstamo no tenía por qué ser tan elevado. Una desafortunada comunicación que provocó ayer la tercera dimisión en el banco de la saga del libor, la de Jerry del Missier.

Pese a ello, tanto el banco como la Autoridad de Servicios Financieros habrían hecho saber esta semana a Barclays que una salida de Bob Diamond no les haría "infelices", una sugerencia derivada de su incapacidad a forzar su salida, ya que la investigación del regulador no lo encontró personalmente culpable.

Sin embargo, el veredicto de las dos autoridades más poderosas de la City dejaba poco margen de maniobra a la entidad, que se ve descabezada justo cuando está a punto de comenzar la investigación ordenada por David Cameron.

No en vano, también el Gobierno británico ha bendecido la marcha de Diamond, a la espera de las conclusiones de un comité cuya naturaleza está por determinar. La coalición quiere que se cree en el Parlamento y la oposición, que esté presidida por un juez, una divergencia de opiniones que se resolverá mañana en una votación en los Comunes.

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