
Las grandes fortunas españolas están de enhorabuena. En plena debacle de la bolsa española -el selectivo Ibex 35 ha perdido en lo que va de año un 29,2% de su valor-, sus sicavs o sociedades de inversión en capital variable, que tributan además por tan sólo un uno por ciento de sus beneficios, están obteniendo jugosas rentabilidades.
En algunos casos de más del 7%, algo más propio de otros tiempos, antes de que comenzara la crisis económica y financiera hace ya cuatro años.
De acuerdo con los datos remitidos a la CNMV, en el primer trimestre del ejercicio, el ranking por rentabilidad lo encabeza la familia Hernández Callejas, primer accionista de la empresa alimentaria Ebro Foods, con el 15,7% del capital. Su sociedad Soixa, que gestiona Bestinver y que suma un patrimonio de 196 millones de euros, cerró los primeros tres meses del ejercicio con una rentabilidad del 7,89%.
El segundo puesto es para el inversor de origen indio Ram Bhavnani, afincado desde hace años en las Islas Canarias y que, gracias a su sicav Laxmi, ha conseguido una rentabilidad del 7,10%.
Y en esa misma línea se sitúan también Juan Abelló, que logra el 7,01% con Arberin Sicav; Alicia Koplowitz, que consigue un 5,86% de rentabilidad con Morinvest y Felipa Jove, que logra un 4,79% con Brunara Sicav.
Rentabilidades más modestas
Hay también grandes patrimonios que no tienen ni mucho menos ese nivel de ganancias, pero que aún así, siguen siendo rentables. La familia Del Pino logra por ejemplo un 2,8% con Chart y un 2,57% con su otra sicav, Allocatin, y Manuel Jove un 2,39% con Doñinos.
El farolillo rojo en este caso es Isak Andic, el presidente y dueño de Mango, que ha reconvertido gran parte de sus sicavs en sociedades inmobiliarias, pero que aún así sigue ganando dinero con las que mantiene: un 0,46% con Bósforo y un 0,45% con Giralda.
¿Pero por qué logran las grandes fortunas estos índices tan altos de rentabilidad? La razón fundamental radica en que la mayoría de ellos ha sabido diversificar los riesgos, apostar por compañías que, frente al desplome generalizado en gran parte de los mercados, siguen ofreciendo un fuerte potencial alcista.
Apuesta exterior
El caso más significativo es sin duda es de los Hernández Callejas, que tienen invertidos el 84,63% de su patrimonio en el exterior. Suman 8,5 millones en deuda española y tienen acciones también en algunas cotizadas nacionales, como Corporación Financiera Alba, Repsol, Gas Natural, Indra o Miquel y Costas; pero la gran parte de su dinero está invertida en renta variable internacional, en empresas como el fabricante automovilístico BMW, la editorial holandesa Wolters Kluwer o los grupos franceses Thales y Lagardere.
En la misma línea, Juan Abelló, con 105 millones gestionados a través de Arbarin, tiene también un 62,12% de su patrimonio en el exterior, la mayor parte en renta variable, y de forma muy repartida también entre un gran número de compañías.
Pero no se trata sólo de invertir fuera, sino de acertar en dónde hacerlo. De hecho, Juan Abelló tiene repartido su cartera prácticamente a partes iguales en el mercado doméstico y en el exterior y Alicia Koplowitz, que tiene invertidos 470 millones de euros a través de Morinvest, apuesta de forma decidida por España. Según los últimos datos remitidos a la CNMV, al cierre de marzo, su sicav, gestionada por BBVA, tenía casi un 70% de su patrimonio en el mercado nacional, aunque eso sí, fundamentalmente en depósitos y renta fija.
Incertidumbres
Aunque preocupados lógicamente por la posible salida de Grecia del euro, la falta de definición de cómo se va a recapitalizar la banca española y si hará o no falta ayuda internacional por parte de Bruselas o del FMI, las grandes fortunas están sabiendo así diversificar sus riesgos y mantener sus niveles de ganancias.
Habrá que esperar a ver como cierran el segundo trimestre del año, porque la caída de los mercados se está acentuando, reviviendo el verano negro de 2011, pero todo parece indicar que pueden seguir ganando dinero si saben gestionar de forma adecuada su patrimonio.