Empresas y finanzas

La obra social de las cajas tendrá que buscar financiación

Rato

La nacionalización de BFA supone que las obras sociales de siete cajas propietarias no cobrarán nunca dividendos, que era la fuente de financiación prevista. Las entidades, que deberán convertirse en fundaciones, solo tienen ahorros para funcionar algunos años sin ingresos externos

Es poco probable que desaparezca la obra social de las siete cajas que formaron Banco Financiero y de Ahorros (BFA), al menos la de las grandes, pero sí es seguro que nunca volverán a ser lo que fueron. El modelo según el cual recibirían un ingreso anual procedente de los dividendos de BFA se rompió semanas antes de la dimisión de Rodrigo Rato, cuando la matriz de Bankia decidió no repartir un euro.

Las siete habían aprobado ya sus presupuestos de 2012, por lo que tuvieron que echar mano de sus reservas para seguir funcionando. Ahorros que son limitados y que dan para aguantar tres o cuatro años en el mejor de los casos.

En realidad, es algo que ya venían haciendo parcialmente en los últimos dos años, ya que con la crisis y el descenso de beneficios de las cajas de ahorros las aportaciones a las obras sociales se habían reducido a la mitad desde que alcanzaron en el conjunto del sector los 2.059 millones de euros. Las obras sociales, muchas de ellas regidas por fundaciones, compensaban parte de este recorte con sus ahorros, aunque los presupuestos finales iban a la baja y obligaban a priorizar.

¿Qué va a pasar ahora que se van a quedar prácticamente sin participación en BFA? Fuentes de Caja Madrid reconocen que no tienen ni idea, pero que la situación no es tan apurada porque hay dinero para este año y algunos más. Hay tiempo para buscar soluciones, y les puede servir de ejemplo lo ocurrido en Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), que les lleva unos meses de ventaja en esta amarga experiencia. Fuentes de la CAM han explicado que "la obra social está garantizada hasta 2015", ya que el Frob ha aprobado un plan estratégico hasta ese año, "paso previo a la entrada del Sabadell como patrono y contribuyente". La caja, que ha perdido toda su participación en Banco CAM y está en proceso de convertirse en fundación, redujo su presupuesto de 44 a 16 millones este año y tiene ahorros para mantener esa cantidad los próximos tres ejercicios. Cuando se transforme en fundación, colaborará con las del Banco Sabadell y Banco Herrero. Según el director general del Sabadell, Miguel Montes, "la actividad financiera de la caja fue la que sustentó su obra social y el heredero de esa actividad será Banco CAM y, por tanto, Banco Sabadell".

Para las cajas que conforman BFA la solución no será tan sencilla. En primer lugar, porque son siete obras, y por otro lado, porque la presión social sobre el futuro comprador de BFA-Bankia, si finalmente se acaba vendiendo, no será la misma que ha tenido el Sabadell en Alicante. Lo que está claro es que las cajas tendrán que convertirse en fundaciones y que, como tales, deberán buscar nuevas vías de financiación. Entre ellas podría estar la venta de patrimonio, ya que las cajas y sus fundaciones tienen numerosos inmuebles -solo Bancaja tiene un centenar de centros culturales-, así como una valiosa obra artística.

El presidente de Caja Rioja, Juan Antonio Fernández-Velilla, ya tiene propuestas para llevar a cabo la obra social más allá de su financiación "a través del dividendo", según afirmó ayer. Fernández-Velilla reveló que él mismo planteó la cuestión de la obra social al nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, el día que tomó posesión y le contó alguna de sus ideas, como que Bankia podría pagar por la utilización de la marca Caja Rioja en el territorio riojano. Sobre el futuro inmediato, afirmó que la Fundación Caja Rioja, con un presupuesto de 2,5 millones este año, tiene liquidez suficiente hasta 2015 y activos "no líquidos" de los que podría desprenderse en caso de necesidad.

Más dinero para asistencia

Los recortes en el presupuesto que se vienen produciendo en los últimos años y los que vendrán no afectan por igual a todas las actividades de las obras sociales, ya que unas son más prescindibles que otras. No celebrar una exposición o un concierto o rebajar la cuantía de unos premios es mucho más sencillo que cerrar centros para personas con riesgo de exclusión social. Es lo que ha ocurrido en Caja Madrid, donde reconocen que, desde hace varios años, "en sitios donde había bibliotecas y centros de mayores de la Comunidad de Madrid y, por tanto, donde había duplicidad, la obra social se ha ido retirando para invertir ese dinero en colectivos sociales menos favorecidos". Según fuentes de la entidad, "es una cuestión de aprovechamiento de los recursos, influida por la reducción de presupuesto".

Otro ejemplo es Caja Segovia, donde el recorte ya se ha dejado notar en su labor cultural, lo que ha obligado a muchos proyectos a buscar nuevos patrocinadores. Uno de ellos, el equipo de fútbol sala, tiene un gran impacto social, ya que el Caja Segovia Fútbol Sala ha sido ganador de una liga, tres copas, una Copa de Europa y un Mundial, siendo uno de los grandes estandartes del deporte segoviano.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky