
Bankia ha abierto la puerta a realizar un ajuste de plantilla para lograr un ahorro de costes adicional de 200 millones al año. La entidad está dispuesta a iniciar una nueva ronda de reducción de personal en el marco de la negociación que mantiene con los trabajadores para mejorar la eficiencia operativa.
La intención del grupo que preside Rodrigo Rato es que el recorte de empleos, de producirse, sea lo mínimo posible, a través de bajas incentivadas y suspensiones de contrato. Así se lo ha trasladado a los sindicatos.
La prioridad de Bankia es evitar las prejubilaciones masivas y poner en marcha otras alternativas a la reducción de plantilla. Entre las vías existentes para alcanzar los objetivos planteados se encuentran la supresión de las aportaciones a los planes de pensiones en los próximos dos años y la cancelación de entre un 20 y un 25 por ciento de la retribución variable para todos los trabajadores.
Recorte limitado
Estas dos medidas podrían acompañarse de un recorte adicional de la plantilla, que sería muy limitado. Bankia espera lograr un ahorro de costes de 700 millones. En los últimos meses, los directivos de la entidad han rechazado cualquier posibilidad de un ajuste de la estructura. Con motivo de la creación del grupo, fruto de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas de pequeño tamaño, ha llevado a cabo un recorte de 4.000 empleos (3.200 vía prejubilaciones y los restantes 800 a través de bajas incentivadas y suspensiones laborales).
Este ajuste supone el 25% del esfuerzo total del sector. Rato recordó ayer esta cifra, pero también avanzó que el grupo "tendrá que seguir esforzándose, indudablemente". La bajada de los costes es una de las medidas en las que trabaja Bankia para elevar la eficiencia y mejorar sus resultados, con el fin de poder recapitalizarse de una manera menos traumática.
En un acto público, el presidente destacó la "robustez" del grupo y la capacidad para cumplir con las exigencias que reclama la reforma financiera aprobada por el Gobierno. De esta manera, se opuso a las intenciones del Ejecutivo de que lleve a cabo una fusión con otra entidad y salió al paso de la petición del FMI de que materialice nuevas medidas para evitar un contagio a todo el sector.
"Estamos en una situación de mucha robustez desde el punto de vista de solvencia y también desde el punto de vista de liquidez", indicó Rato, a pesar de que, en su opinión, el sector vive momentos "muy difíciles".
Horas antes, uno de los consejeros de Bankia y vicepresidente de CEOE, Arturo Fernández, descartó que la entidad tenga necesidad de integrarse o recibir ayuda pública. El grupo y su matriz, BFA, tiene que hacer frente a unas provisiones de 3.939 millones de euros este año para cumplir con la reforma financiera.
El Banco de España ha aprobado su plan de actuación para conseguir cumplir con la nueva normativa, aunque le ha exigido alguna medida adicional. Entre las opciones que maneja está la venta de participaciones industriales y la optimización de sus recursos, al igual que la bajada de sus activos en riesgo. Para beneficiarse de los dos años para realizar las dotaciones, deberá anunciar una fusión este mes.