Empresas y finanzas

La unión con Gas Natural podría ser la tabla de salvación de Iberdrola ante EDF

Ignacio Sánchez Galán se ha convertido en el maquinista más eficaz del tren energético español. En menos de dos años al frente de Iberdrola y algunos más como consejero delegado, ha conseguido poner este convoy a punto para competir con la élite europea. Ha pasado de ser un tren regional que no salía de las fronteras españolas a transformarse en el nuevo AVE que corre a más de 300 kilómetros por hora con la compra de Scottish Power y el intento de hacerse con Energy East.

Sin embargo, esta cambio de velocidad no ha pasado desapercibido al sector. Hay que tener en cuenta que la compañía ha duplicado su valor en menos de 365 días, hasta superar los 48.000 millones de euros de capitalización y se ha situado como la novena eléctrica del mundo por beneficio bruto -se esperan más de 7.000 millones en 2008- un puesto impensable hace tan sólo cinco años cuando su resultado bruto apenas superaba los 1.000 millones.

Este salto de dimensión ha provocado que varias empresas europeas quieran subirse al tren español para llevar los mandos de su nueva trayectoria. La primera ha sido la francesa EDF (EDF.PA), la mayor eléctrica del mundo, que ya ha mostrado sus intenciones para entrar en España. Una actitud que no gusta nada a Galán, pero para la que se ha ido preparando en los últimos meses ante la consolidación del sector.

Alianzas estrégicas

Y es que en los últimos años, el presidente de Iberdrola (IBE.MC) ha conquistado a las cajas de ahorros y a varios empresarios para que ocupen los vagones del tren de la electricidad y evitar que se acoplen posibles inversores incómodos. Por ahora, BBK tiene un 7,7 por ciento del capital; Bancaja un 6,03, Unicaja un 1,8, Caja Murcia, un 0,96 por ciento; Caja Duero, un 0,78; y Caja Castilla la Mancha, un 0,62 por ciento.

A estos accionistas se han unido importantes empresarios como Albert Frère, con un 2,8 por ciento; Alicia Koplowitz, que posee un 2,48 por ciento; Sánchez Ramade, con un 1 por ciento; Juan Luis Arregui, con un 2,08 por ciento; y Nicolás Osuna, con 1,23. Todo un grupo de fieles que ha permitido incrementar la ocupación de los asientos de Iberdrola hasta casi el 40 por ciento.

Pero esto no es todo, porque esta estrategia por ocupar todos los vagones de su accionariado podría ir más allá. Contando con las cajas como las mejores compañeras de viaje, Iberdrola podría realizar una operación corporativa con Gas Natural (GAS.MC), que también cuenta en su accionariado con otra entidad de peso: La Caixa. La caja catalana es la primera accionista de referencia de la gasista con un 35,5 por ciento del capital, por delante de Repsol, que controla el 30,8 por ciento.

Sea lo que fuere, esta posible estrategia accionarial no se podrá llevar a cabo antes de las elecciones del próximo mes, ya que cualquier movimiento dependerá de quién esté en el poder.

Triple estrategia

Con este acercamiento se mataría no dos, sino tres pájaros de un tiro: coloca a la compañía resultante como el cuarto campeón mundial del sector por beneficio bruto de explotación; se mantendría la españolidad de la eléctrica, evitando que el gobierno galo controle Iberdrola; y se aglutinaría un grupo de control en torno a las cajas y ACS.

¿Quién descarta que el gran activo eléctrico futuro de la constructora sea Iberdrola y acabe vendiendo su posición de control en Fenosa? La suma de Iberdrola y Gas Natural tendría una capitalización de 66.128 millones de euros, sólo superado por EDF y E.ON. Además, el beneficio bruto de este año del nuevo grupo rondaría los 9.598 millones y la deuda neta se situaría los 29.426.

Esta estrategia permitiría que el campeón energético se quedase en esta ocasión en España, no como ocurrió con Endesa, que finalmente terminó repartida entre la italiana Enel, la alemana E.ON y la constructora Acciona (ANA.MC). E incluso podría superar en beneficio a la nueva Endesa, para la que el consenso de mercado, que recoge FactSet, establece un resultado bruto de explotación de 7.799 millones de euros para este año.

"Vemos una alta complementariedad entre los negocios de Iberdrola y Gas Natural -combinar gas y electricidad- aunque la materialización de sinergias y ahorro de costes no pensamos que sería un motivo particularmente relevante. Obedecería más a un movimiento defensivo para ganar tamaño y evitar posibles operaciones hostiles similares a lo ocurrido con Endesa", comentan Luis Rose y Miguel Sánchez, analistas de Inverseguros.

En este sentido, las firmas de inversión aseguran que estas dos empresas tendrían bastantes sinergias en España y México, donde ambas cuentan con presencia en el mercado eléctrico. Además, en España la apuesta de Gas Natural por los ciclos combinados supone un complemento interesante para la cartera de generación de Iberdrola. Para ésta última también podría ser interesante disponer de contratos de compraventa de gas, aunque tendría que vender activos.

Grandes empresas

El nuevo supuesto grupo estaría liderado en su gran mayoría por las cajas. En total tanto La Caixa -a través de su holding empresarial Criteria <:CRT.MC:>- como BBK, Bancaja, Unicaja, Caja Castilla La Mancha, Caja Burgos y Caja Duero tendrían un 22,4 por ciento de la nueva eléctrica, aunque con grandes diferencias, puesto que la caja catalana poseería más de un 9,4 por ciento.

A la cabeza del accionariado también se encontraría ACS (ACS.MC), que pasaría de controlar el 7,7 por ciento de Iberdrola a poseer un 5,6 por ciento de esta posible nueva empresa. Aunque en un principio se podría ver algún conflicto entre ACS y La Caixa, estas dos compañías ya están acostumbradas a trabajar juntas, puesto que llevan varios años en el accionariado de la concesionaria Abertis -ACS y La Caixa poseen casi un 25 por ciento de la concesionaria-.

Tampoco hay que olvidar el peso de Repsol (REP.MC), que acabaría teniendo más de un 8 por ciento de esta nueva unión. Una posición que incrementaría la posición de La Caixa, que controla un 14 por ciento del capital de la petrolera.

¿Qué tren coger?

Ante este posible panorama, algún inversor se puede preguntar qué merece más la pena en los próximos meses para ganar con esta posible operación: subirse al vagón de Iberdrola o saltar a la maquinaria de Gas Natural y esperar el posible enganche entre éstas dos empresas. En este sentido, las firmas de inversión creen que el billete más rentable es el de Iberdrola.

El consenso de mercado que recoge FactSet establece un precio objetivo para los próximos doce meses de 13,1 euros por acción para esta empresa. A esto hay que unir la rentabilidad por dividendo que da Iberdrola, que supone un 3,4 por ciento extra. Sin embargo, para Gas Natural fijan un precio de 42,5 euros. Esta empresa premia a sus inversores con una rentabilidad por dividendo del 3,15 por ciento.

La tercera opción para el inversor es jugar el papel de pinza que desempeña ACS. Esta constructora posee el 7,7 por ciento de Iberdrola y el 45 por ciento de Unión Fenosa, por lo que por cualquier movimiento corporativo en el sector puede incrementar su valoración. Además, las firmas de inversión se muestran bastante positivas con la compañía y establecen un precio objetivo de 48,45 euros, lo que supone un potencial de 40 por ciento, respecto al cierre de ayer.

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