"Nos matamos por conseguir una hipoteca", aseguraba recientemente el consejero delegado del Sabadell, Jaime Guardiola, en una entrevista concedida a elEconomista. "Siempre que encaje en los parámetros de riesgos que hemos exigido, claro. Nada de cierre de grifos", matizaba el ejecutivo.
Este podría decirse que es, grosso modo, el sentir del sector financiero en general. No se quiere renunciar a uno de los filones de los últimos tiempos, pero manteniendo una postura de absoluta prudencia. O, en otra palabras, la banca quiere ahora al usuario solvente para afinar al máximo en el capitulo de riesgos en vez de apostar por perspectivas de carácter masivo.
Quitar los usuarios solventes
En la búsqueda de este perfil, los financieros lo tienen claro: si resulta cada vez más complicado captar nuevas hipotecas, y que también aporten una cierta garantía, la solución es acudir a quien ya la tiene y que, además, haya demostrado su capacidad de pago. Es decir, sisarle los usuarios a la competencia.
Así, tras recrudecerse la pugna en el ámbito del pasivo, así como en el negocio de las nóminas, llega ahora la guerra de las hipotecas.
Propuestas agresivas
El primero en abrir fuego en esta última guerra de las hipotecas -que parece se produce de manera cíclica- fue el Santander. Mediante la denominada Hipoteca 08 quiere captar 50.000 nuevos clientes "de máxima calidad" que ya tengan contratada una hipoteca. Entre la letra grande se encuentra un precio de Euribor +0,25 por ciento, sin comisión de apertura ni de servicios y un plazo de hasta treinta años. Mientras, la letra pequeña incluye que el cliente haya firmado su préstamos hipotecario, al menos, seis años atrás y que haya cumplido con los pagos puntualmente. Además, el usuario debe contratar un plan de pensiones -con una aportación mínima de 600 euros al año- y llevar su nómina al Santander. Estas dos condiciones deben mantenerse mientras el préstamo esté activo, ya que si no el interés pasaría a ser de Euribor +0,75 por ciento.
Por su parte, Banesto se ha destapado, tal y como adelantó este periódico el pasado 24 de enero, a través de su trasunto on line, con una propuesta a Euribor +0,35 por ciento y haciéndose cargo íntegramente de todos los gastos derivados del cambio -en este aspecto supera a su banco matriz-, es decir, notaría y gestión, registro, tasación y subrogación de la actual hipoteca.
La oferta no acaba ahí, pues el banco que lidera Ana Patricia Botín está dispuesto a abonar al cliente la diferencia que consiga entre uno y otro préstamo en el momento de firmar la hipoteca. Eso sí, el banco exige que el cliente domicilie la nómina y recomienda que se contrate un seguro de hogar. Asimismo, se apremia al cliente a trasladar su hipoteca en menos de quince días, regalándole a cambio un viaje a París para dos personas.
Al contrario que el Santander, Banesto no promociona su oferta, puesto que prefiere reservarse la elección de los candidatos conociendo, previamente, su estado financiero.
Aparte del clásico que ya es ING en este campo -hoy ofrece un competitivo 0,33 por ciento-, el penúltimo en lanzarse al ruedo ha sido Uno-e. El banco on line de BBVA presentó el pasado lunes una hipoteca al 0,25 por ciento. A un máximo de 35 años, exige subrogación y contratar un seguro. Sin embargo, ofrece un regalo de 600 euros "para gastos de formalización".
En último lugar se sitúa BBK, que ha activado una proposición de Euribor +0,25 por ciento, a 50 años y financiando hasta el 100 por cien de la tasación de la vivienda.