Empresas y finanzas

SAS metió a fondo perdido en Spanair 800 millones de euros desde 1986

  • La escandinava da por irrecuperable el último crédito de 149 millones que prestó

El grupo SAS ha sido el más perjudicado por el cierre de Spanair y su presencia en la compañía se ha convertido en una pesadilla que ya no tendrá nunca vuelta atrás. La aerolínea escandinava calcula que desde que entró en la empresa aérea catalana, allá por el año 1986, ha invertido a fondo perdido entre 700 y 800 millones de euros, según explica en declaraciones a elEconomista Sture Stölen, vicepresidente de Relaciones con Inversores del grupo y gran conocedor del mercado español desde hace décadas.

Esta cifra provendría de sumar los créditos históricos que ha ido acumulando Spanair con SAS, la deuda que se ha generado y las inversiones en flota y material que el grupo escandinavo ha ido realizando. No hay que olvidar que SAS llegó a tener el 95,1% de Spanair en 2003.

Como ya informó este periódico, sólo en la época en la que el grupo Marsans era socio de SAS en Spanair, la compañía nórdica dio créditos valorados en 270 millones de euros. Además, en ese mismo tiempo se generó un agujero económico de 200 millones de euros. A ello habría que añadir el alquiler de aviones durante esos años y la puesta al día de la aerolínea. En total, una inversión que podría superar esos 800 millones de euros y que 25 años después del aterrizaje de SAS ha caído en saco roto.

180 millones con intereses

En la última etapa de la compañía en la que los socios catalanes han sido los gestores de la empresa, el gigante con sede en Copenhague calcula que el último crédito de 149 millones que ha concedido a Spanair alcanza los 180 millones de euros si se suman los intereses y el impacto negativo del cierre de empresa, un dinero que ya está provisionado y que "prácticamente damos por perdido", se lamenta Stölen.

"Aunque nunca se pierde la esperanza y, por supuesto, que estamos en la lista de acreedores de la compañía, la verdad es que vemos muy complicado cobrar ese dinero", añade el ejecutivo de SAS. Y es que realmente Spanair no tiene activos considerables, ya que la treintena de aviones que operaba en su flota era de alquiler, por lo que los gestores concursales no lograrían ninguna liquidez al no poder venderlos. La mitad es propiedad de International Lease Finance Corporation (ILFC), la mayor empresa del mundo especializada en alquiler y leasing de aviones.

Tesorería saneada

Se calcula que el impacto negativo del cese de actividades de la aerolínea oscila entre 200 millones y 300 millones de coronas suecas (aproximadamente entre 22 millones y 33 millones de euros). Stölen cree que en principio esta cifra no tendría por qué influir en la tesorería del grupo SAS, "que alcanza en la actualidad los 1.200 millones de euros", matiza.

Uno de los principales objetivos de la aerolínea escandinava tras el cierre de Spanair es recuperar los aviones que tenía arrendados a la compañía, ya que los jueces del concurso voluntario de acreedores lo que han decidido en primer lugar es inmovilizarla.

Sture Stölen se muestra bastante optimista a este respecto y asegura que ese problema está prácticamente resuelto y que la devolución de la flota de su propiedad está bien encaminada. "La intención es que tres aviones vayan a Estados Unidos (los aparatos de la familia MD) y los otros dos A320 vuelvan a la central de SAS", explica el vicepresidente de Relaciones con Inversores de la aerolínea.

Pese a la recuperación de los aviones, el grupo SAS sabe que es casi imposible recibir las indemnizaciones correspondientes por romper Spanair el contrato de leasing antes de tiempo.

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