Refinancia más de 1.400 millones para contener el crecimiento de los impagos.
"La CAM es lo peor de lo peor". Así describió hace unos meses el gobernador del Banco de España a la entidad alicantina. Sus palabras quizás obedecían al grave deterioro de su balance como consecuencia de su elevada exposición al ladrillo y a su elevada morosidad. Cuando pronunció la frase, a finales de septiembre, se conocía que los créditos insolventes de la caja intervenida eran del 19 por ciento y rondaban los 9.000 millones de euros. A cierre de año, estos préstamos habían aumentado hasta los 11.500 millones, es decir, el 24,8 por ciento del total.
Y no sólo eso. Los administradores puestos por el supervisor tras la intervención han destapado otros créditos por valor de 4.446 millones que, aunque están al corriente de pago, tienen elevadas posibilidades de que entren en morosidad próximamente (subestándar).
Garantías para el Sabadell
Por tanto, el deterioro crediticio asciende a unos 16.000 millones, cifra que coincide con el Esquema de Protección de Activos que ha otorgado el Banco de España al Sabadell por su adjudicación para cubrir pérdidas los próximos diez años. Además, la entidad alicantina recibirá una inyección de 5.249 millones del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que servirán para tapar el agujero de 2.700 millones en sus resultados del ejercicio pasado.
Según destaca en el informe anual la CAM, la morosidad podría haber sido superior si no hubiera llevado a cabo refinanciaciones de crédito por importe de más de 1.400 millones en 2011. Sin estas operaciones, por las que se facilitó a los clientes el pago de las cuotas, estos préstamos habrían tenido que ser clasificados como morosos. Gran parte del deterioro del balance de la alicantina se debe a su exposición al ladrillo, por la que ha tenido que quedarse con pisos por 1.800 millones de euros. Las dotaciones para estos activos alcanzan los 500 millones.
Las hipotecas, el gran problema
En su caso, a diferencia de la mayor parte del sector, la adjudicación de los inmuebles corresponde principalmente a particulares que han dejado de abonar sus compromisos hipotecarios. En concreto, son más de 1.400 millones, para los que ha provisionado 400 millones. La tasa de morosidad de hipotecas de la entidad se eleva el 8 por ciento, casi cuatro veces más que la media del sistema.
El problema de la banca se debe, sobre todo, a las deudas contraídas no con particulares, sino con las empresas dedicadas a la construcción y la promoción de inmuebles. Y en algunos casos, el grueso de los activos es suelo, que se supone que es de peor calidad.
La caja tenía registrados a finales del año pasado 14.938 millones de euros en líneas de financiación al sector de la promoción y la construcción. De estos, la mitad, concretamente 7.246 millones, eran de dudoso cobro y 2.053 millones eran subestándar. Por tanto, los préstamos problemáticos en este segmento de actividad alcanzan el 62,2 por ciento, para los que dispone de una cobertura de provisiones de 2.800 millones. Es decir, la hucha apenas cubre el 30 por ciento del agujero. Del total de las líneas de este negocio, tan solamente ha contabilizado como perdidos 600 millones.