
Repsol se ha anotado un importante éxito en su carrera exploratoria. La petrolera española ha encontrado un filón en la cuenca argentina de Vaca Muerta. Este yacimiento, tal y como se ha encargado de certificar la auditora internacional Ryder Scott, tiene una capacidad para 22.807 millones de barriles equivalentes de petróleo.
Ryder Scott cifra en 28.000 millones de dólares la cantidad necesaria para para poder explotar los casi 2.000 pozos de petróleo que se necesitarán para los 30.000 kilómetros cuadrados de este enorme yacimiento y los cerca de 100 equipos que serán necesarios.
La petrolera española puede atribuirse 12.000 kilómetros cuadrados con lo que la inversión necesaria rondaría los 11.000 millones de dólares. Para ello, Repsol está dispuesta a hacer como en Brasil y buscar un socio que le ayude a financiar este enorme proyecto y poder destinar estos recursos a seguir incrementando su tamaño en otros mercados.
Tan solo con el área delineada hasta el momento, se cuentan 1.525 millones de barriles equivalentes de petróleo, lo podría incrementar en un 50% la producción actual de crudo en Argentina.
Para este mismo año, Repsol ya tiene previsto realizar la perforación y terminación de 20 pozos exploratorios, lo que le permitirá a Argentina seguir a Estados Unidos en la vanguardia de los hidrocarburos no convencionales.
Nueva fuente de ingresos para el país
En un plazo de 10 años, Vaca Muerta puede duplicar la capacidad de producción de petróleo y gas que tiene Argentina en la actualidad, lo que se convertiría en una nueva fuente de ingresos para el país, tras años en un claro declino de su industria petrolera.
Los volúmenes prospectivos certificados representan unos 30 años de abastecimiento de petróleo y 50 años de gas al ritmo de consumo actual del país.
Según Repsol, una programa de inversiones de este calibre requerirá un importante aporte de capital a Argentina de los mercados internacionales, una potente industria nacional y recursos humanos de alta cualificación técnica.
Esta necesidad de seguridad jurídica está reñida con el tira y afloja vivido estas últimas dos semanas con el Gobierno argentino, al parecer poco contento en estos momentos con el socio argentino de Repsol, la familia Eskenazi. La petrolera está estudiando además otras oportunidades para explorar el crudo no convencional en el país.
Repsol no quiere más incertidumbres sobre su cotización por culpa de las especulaciones de una eventual nacionalización de su filial argentina YPF. Por ello, en la reunión con las autoridades del país mostró la contundencia de las cifras de inversión del grupo para acabar con las críticas.
Tras reunirse con el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y con el responsable de Planificación, Julio de Vido, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, volvió ayer a Madrid, pero a través de un comunicado dejó claro que el pasado año se realizaron inversiones récord por valor de 2.311 millones de euros, un 50% más que en el ejercicio precedente.
Más de la mitad de este presupuesto se destinó a la actividad de exploración y producción de hidrocarburos (upstream), mientras que 730 millones de euros se dedicaron al área de refino, logística, química y comercialización. El apartado de otras inversiones se completó con 34,7 millones.
Además, la compañía explicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que el índice de reposición de reservas de crudo será superior al 160%.
Repsol tiene un 57% de YPF y los rumores sobre una nacionalización provocaron que los títulos de la filial retrocedieran de modo importante y afectaran también a la cotización de la matriz con una bajada del 4%.
Dentro de los proyectos de downstream, YPF cuenta con un conjunto de proyectos que tienen por objetivo incrementar la capacidad de producción de naftas y gasoil, entre otros, y permitirán alcanzar la cifra récord de inversiones plurianuales en esta actividad de 1.494,3 millones de euros.